MUSICA.
Cabrera reivindicó la potencia de la poesía y la canción
El espectáculo se realizó en un marco ideal para celebrar los 10 años de "Intro", un material que reúne su primer libro de poesía y un DVD con un recital registrado en los históricos Estudios Ion.
El artista uruguayo Fernando Cabrera, uno de los máximos referentes de la música rioplatense actual, volvió a emocionar en la noche del domingo al público porteño con un recital en el Patio del Ciudad Konex, marco ideal para celebrar los 10 años de “Intro”, un material que reúne su primer libro de poesía y un DVD con un recital registrado en los históricos Estudios Ion.
La “exquisita música” Luciana Jury, -como la definió el propio cantante y compositor-, fue la encargada de abrir una hermosa noche, llena de música, silencios y profundidad, que capturó la atención de una audiencia mayormente joven que finalizó el concierto aplaudiendo de pie, pero siempre cediendo el protagonismo a Cabrera y sus compañeros: el joven multiinstrumentista Diego Cotelo y al reconocido Kevin Johansen.
Con el fondo de pantalla rojo, arte de “Intro”, a las 20 se impuso en el escenario Luciana Jury, que conmovió con cinco bellas canciones, entre las que se contaron “De la lucha” de Alfredo Zitarrosa, una pieza suya “Las Ramas”, y la estremecedora “El ojo del cazador” de su querido y fallecido amigo Gabo Ferro, una antesala perfecta para lo que venía.
Inspirado y punzante, Cabrera subió luego a un escenario austero junto a Cotelo para hacer lo que mejor y más le gusta hacer: reivindicar la potencia de la canción, despertando la curiosidad y la admiración, e invitando en una especie de viaje íntimo por la infancia, los amores, el tiempo, los recuerdos, siempre a través de la ironía, el humor y una sensibilidad única.
En dos horas de espectáculo, el cantante de 66 años, quien lleva 40 años de trayectoria y más de 300 canciones a cuestas, abrió la noche con la seguidilla “Caminos en flor” y “La balada de Astor Piazzolla” y en sus composiciones “en parte” adolescentes “Estaba en otra vida” y “Liceo” (que se refiere al secundario).
Se dio en el marco ideal para celebrar los 10 años de “Intro”. /Foto: Laura Gallo.
En ese ritual al que se entrega el público, el artista uruguayo fue creciendo a medida que avanzaba el concierto con su descomunal modo de transmitir, custodiado por Cotelo que desde la guitarra, los teclados y la percusión, potenció cada tema, convirtiéndose en un complemento perfecto.
Mientras caían algunas gotas (la lluvia amenazaba en el concierto a cielo abierto) cantó “Mañana será otro día” y “Tobogán”, en el que repite: “Hay que volver el rostro al pasado. Sin importar impuestos de otro tiempo. El anticuario tiene su lugar. En un vagón de cargas y de viento”. Luego llegó el turno de “Salvataje”, Imposibles”, “Punto muerto”, el infaltable “Viveza” y presentó “Críticas”
“Aquellos que hicimos cientos de canciones no sabemos ya de que hablar, sin embargo esta resultó muy fácil de hacer porque simplemente me remití a juntar frases y cosas que decían de mí mis amigos, mis parientes, mis ex; armé, le puse un poco de rima y quedó linda”, contó riéndose de sí mismo.
Luego de “Manta y Rocío”, que compuso tras su último viaje a la Patagonia, Johansen se sumó a otra parte del concierto para leer juntos y por separado, algunas poesías editadas en “Intro”, sentados al frente de una mesita de bar o de una habitación imaginaria, con una jarra de agua y una lámpara.
“Nos vemos”, “Isla de flores”, “Subasta”, “Tarjeta”, “Mi adorado amor”, “Beth”, “Soñé que era poeta” y “Tengo 23 años”, fueron algunos de los poemas elegidos para esta noche, entre los 60 publicados hace una década, que redondearon una noche movilizante, siempre con Cotelo sutilmente acompañando.
Su material que reúne su primer libro de poesía y un DVD con un recital registrado en los históricos Estudios Ion. /Foto: Laura Gallo.
Afilado, el concierto continuó con los queridos “Yo quería ser como vos”, “Soy un hombre” (en el que recuerda: “pasé por muchas niñeces para llegar aquí”), “Puerta de los dos”, “Por ejemplo”, “El tiempo está después” e invitó a Kevin Johansen para cantar juntos “Generación”, quien además con guitarra y Cabrera en voces hizo su versión de “Al Tungue le”, del gran músico uruguayo Eduardo Mateo.
Luego llegaron los bises, sus clásicos “La casa de al lado”, “Por ejemplo” y “Dulzura distante”, una trilogía imbatible.
“La tarea de un artista es que te den ganas de vivir, despertar emociones, lograr que el oyente experimente algo fuerte adentro”, dijo en su momento a Télam el cantor rioplatense, una idea que lleva adelante, ubicando a la canción en un lugar resplandeciente.
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Fuente, Diario Telam
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