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Cine navideño: el clásico de los clásicos que llega con Papá Noel
Desde que existe el cine, pero en especial después de la Segunda Guerra Mundial, muchos directores abrevan de las Fiestas para contar historias. Comedias, dramas, musicales, policiales, filmes fantásticos: todo vale en el cine de Navidad.
Una múltiple oferta de cine para ver durante las Fiestas.
Es bien sabido, y motivo de muchísimas notas de color en todo el mundo, que las fiestas navideñas nacieron como un ritual religioso para luego convertirse en símbolo de unidad familiar con un toque comercial. Objeto de análisis sociológicos -algunos bastante insólitos- ocupan un lugar privilegiado en la historia del cine con liturgias a las que recurrió una infinidad de veces de diversas maneras, algunas paradigmáticas.
Con más de dos décadas transcurridas del siglo 21 -que incluyen algunos momentos singulares mejor analizables cuando la perspectiva permita descubrir o no qué es lo que escondían, desde el atentado al World Trade Center hasta el Covid 19 entre muchos más- se viene produciendo una singular desmovilización en cuanto a la mística que estas fechas despertaban en familias de todo el mundo. Y particularmente en los más chicos que todavía no accedían a internet o a la telefonía celular.
Macaulay Culkin, el niño de "Mi pobre angelito".
De golpe todos aquellos relatos que funcionaban incluso recurriendo a la magia que se cristaliza principalmente en los niños pequeños a la espera de un personaje mítico como Papá Noel o Santa Claus, vestido con un look que suele atribuirse a una lluvia de ideas de los pioneros fabricantes de Coca Cola, comenzaron a ser clásicos imposibles de actualizar.
Aquellas figuras suenan tan remotas o míticas como la lluvia de papeles antes de las 0 del 1 de enero en los grandes centros urbanos.
Arnold Schwarzenegger y Sinbad en "El regalo prometido".
¿En la actualidad, qué niño mayor de tres o cuatro años puede, frente a tanta tecnología y exposición mediática, creer que existe en verdad un personaje como Papá Noel? ¿No es acaso el resultado de un acuerdo implícito entre padres e hijos que estos puedan recibir regalos de los mayores? ¿No es acaso tratar de sostener la ilusión de que un niño puede ser recompensado simplemente por serlo o por su buen comportamiento, ajustado a reglas que en la medida que crece va incorporando?.
Este final de 2022, al menos para Argentina, tiene una singularidad extra que modifica la expectativa navideña: el Mundial de Fútbol de Qatar, en una fecha que no es la habitual para este tipo de competencias, al que se suma el impactante triunfo del equipo albiceleste. Un hecho que anticipó los festejos a lo grande (hasta ahora los más masivos que puedan recordarse en estas tierras) y que de alguna forma también puede simbolizar el mejor regalo inmaterial que en este presente muchas familias podían esperar.
Carlos Belloso en la argentina "Felicidades".
La literatura y particularmente el cine, no importa su origen, han convertido tanto a la Navidad como al Año Nuevo en ejes simbólicos alrededor de los que giran historias que, generalmente, tienen como fin emocionar, conmover, hacer reír o llorar.
No es para menos porque estos finales de año convencionales o no son los que marcan el discurrir de la vida de todos y también en forma consciente o inconsciente devienen balances del tiempo que se fue.
Hay mucho cine en donde estos festejos solo son telón de fondo que agrega color a la acción, como ocurrió con el policial "Arma mortal" (1987), de Richard Donner que se inicia con el célebre tema "Jingle Bell Rock" por Bobby Helms, pero también otras donde ese momento clave es el eje, como "El regalo prometido" (1996), de Brian Levant ni que hablar de la colección de versiones de "A Christmas Carrol", de Charles Dickens, beneficiadas por el "dominio público".
La lista de propuestas -por ejemplo las que tienen formato de telefilme- es interminable, y probablemente existan muchas más obras valiosas de cinematografías menos prolíficas, que no tuvieron buena distribución, que merecerían ser subrayadas.
Sin embargo, a título de muestra 10 incluidas en este repaso findeañero puedan servir para ver cómo el cine es capaz de contar con un tema fuerte acomodable al concepto -musical- de "una que conozcan todos".
En la trama y en tiempos navideños, Joseph interpretado por Humphrey Bogart, Albert, por Aldo Ray y Jules por el impar Peter Ustinov, son tres reclusos fugados de la cárcel de la Isla de Diablo que llegan a una pequeña tienda familiar para robar ropa y dinero que les permita subirse a un barco y huir, y en el mientras tanto convencen al dueño para arreglar el tejado de su casa con el propósito de pasar inadvertidos.
La tienda está en una situación financiera pésima, ya que es la única que vende fiado y mientras están allí, notan que el techo tiene una gotera y se ofrecen a arreglarlo gratis además de operar como empleados, y tienen un don para ello, vendiendo un juego de cepillos a un hombre calvo y obteniendo los primeros ingresos en efectivo en mucho tiempo.
Se ofrecen a hacer la cena navideña para la familia y la comida tiene mucho éxito pero en verdad no tienen la intención de hacerlo, pero deciden permanecer allí hasta el anochecer, cuando robarán ropa y alimentos para huir en un barco que espera en el puerto, pero Felix, Amelie y su hija Isabelle están en problemas financieros.
Por eso ofrecen sus servicios para ocultar la artimaña demasiado siniestra del trío, Joseph incluso se pone a trabajar estafando a la gente y falsificando registros para que la tienda prospere, pero los tres delincuentes comienzan a cambiar de opinión después de preparar una deliciosa cena navideña para los Ducotel hecha principalmente con productos robados. (Amazon Prime Video)
En 1989, Neil Jordan hizo una remake con Robert De Niro y Sean Penn como protagonistas.
La ópera prima del español José Luis Berlanga, un cineasta con una mirada corrosiva de usos y costumbres de su país es considerada una de sus mejores obras, que además de experimentar a proezas técnicas y estéticas (largos planos secuencia entre muchos personajes y acciones), cuenta con memorables trabajos actorales que merecieron una candidatura al Oscar.
La primera idea, inspirada por una campaña del franquismo versionada por el director junto a Rafael Azcona, trataba de un banquete navideño en el que los ricos invitaban a los pobres, los primeros se comían las pechugas de los pollos y los segundos las alitas, y se titulaba "Siente un pobre a su mesa", pero los censores de entonces no lo autorizaron.
El elenco del filme está encabezado por José Luis López Vázquez como el empresario Quintanilla, secundado por Cassen como Plácido, Manuel Alexandre, Luis Ciges y Amparo Soler Leal.
¿Quién no recuerda la singular Navidad movidita de este exitoso filme de John McTiernan? En su paso por las salas tuvo millones de espectadores que que crecieron en todos los formatos que se inventaron desde entonces que ahora repite en las plataformas, y marcó todo un momento en el género thriller y acción, además de imponer la figura de Bruce Willis, el policía protagonista.
En la ciudad de Los Ángeles, en vísperas de una cena navideña, un grupo no identificado se apodera del emblemático rascacielos Nakatomi Plaza, tomando a un grupo de personas como rehenes y solo el policía neoyorquino John McClane consigue escapar del acoso terrorista y se enfrentará a los secuestradores porque es la única esperanza de su esposa y el resto de las víctimas.
La lucha del policía neoyorquino y la docena de hombres enemigos será memorable, en medio de ese universo decorado e iluminado para la fecha que de la esperanza de un buen brindis pasa a la de tener un desenlace en la que los "buenos" sobrevivan a los disparos y lo peor que cualquiera pueda imaginar a medida que pasan las más de dos horas de duración.
“Básicamente me molestaba que hubiera terroristas", le confesó McTiernan a Diego Brodersen (Página/12) en el último Festival de Mar del Plata. Agregó que "El terrorismo no es divertido, nadie se siente bien con ellos, ni siquiera cuando los destruyen en una película. Fue entonces que le propuse transformarlos en simples ladrones, porque a todo el mundo le gusta un buen ladrón". (Disney +)
Hasta el estreno de "El Grinch", ocho años después, fue la película navideña más taquillera de la historia y no es casual, porque la trama contada por John Hughes y dirigida por Chris Columbus acerca de un niño al que sus padres olvidan en casa cuando salen apurados de viaje familiar a París y debe enfrentarse a típicos asaltantes de viviendas vacías, atrapa de principio a fin.
Si bien algunos la consideran la mejor película de temática navideña de todos los tiempos, esa definición suena excesiva. Se trata de una excelente comedia pero no más que eso: las peripecias a las que se ven sometidos por el pequeño interpretado por Macaulay Culkin -cuando filmó la película tenía 11 años- estos dos ladrones un poco torpes interpretados por Joe Pesci y Daniel Stern son inolvidables.
Aun así, a pesar de la cantidad de trampas tendidas, Harry y Marv no ceden en sus pretensiones y terminan atrapando a Kevin en una casa vecina, por lo que los hampones se deciden a darle una lección por las múltiples trampas que les hizo.
De alguna forma la trama tiene relación con las típicas situaciones de sometimiento que algunos personajes de los dibujos animados les hacen vivir a los villanos (por ejemplo en los célebres cortos de la Warner) que permitieron una relación empática tanto de los más grandes como los de los chicos más o menos de la edad del protagonista. (Amazon Prime Video)
En el film con Jim Carrey, dirigido por Ron Howard, según la pluma de Dr. Seuss, los Who (los Quiénes), nativos de Whosville, un pueblo que se le vanta dentro de un copo de nieve, hacen frenéticos preparativos para las fiestas navideñas. Fechas que todos celebran con felicidad y alegría, excepto El Grinch, un ser verde, peludo y solitario, amargado y con un corazón diminuto, que las detesta.
Howard es un director de éxitos, que venía de taquillazos como "Cocoon", "Splash", "Llamaradas", "The Paper" y "Apolo 13" entre más, y recuperando la historia de "How The Grinch Stole Christmas", personaje creado por Dr. Hauss, un escritor y caricaturista estadounidense, conocido por sus más de 60 libros infantiles. No se equivocó: logró recaudar 350 millones dólares en todo el mundo.
En 2018, en 2018 Yarrow Cheney y Scott Mosier dirigieron para el sello Universal una nueva versión con los mismos personajes pero en este caso con los recursos de la animación 3D, en la que el personaje finalmente confiesa que no era realmente la Navidad lo que despreciaba, sino estar solo y descuidado, para finalmente aceptar la amistad de los Who y disfrutar el festejo.
Cheney ya había dirigido "Mi villano favorito" I y II, y también basado en un relato de Dr. Seuss, "El lórax: En busca de la trúfula perdida", mientras que hasta ese momento Mosier se había desempeñado como productor y editor de otros filmes de animación.
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