MUSICA.
Cuarteto de Nos publica "Puertas"

La banda lanza "Puertas", su nuevo disco compuesto por ocho canciones unidas por un concepto central, el álbum aborda temas como la libertad, la incertidumbre, el poder y la fragilidad humana a través de distintas sonoridades
Cuarteto de Nos presenta su nuevo disco titulado “Puertas”. El material está compuesto por ocho canciones que, aunque muy distintas entre sí, se conectan a través del concepto de puertas que funcionan como nexos temáticos y simbólicos.
"En un mundo donde el cielo parece siempre fuera de alcance, un viajero sin nombre recorre un corredor infinito de puertas. Cada puerta es un umbral, un instante donde la vida se condensa en una elección", comenta Roberto Musso, líder de la banda.
Musso también plantea: "No hay mapa, no hay llave maestra. El viajero lo sabe, y aun así golpea, empuja, a veces retrocede. Hay momentos en que el corredor se vuelve un crisol de espejismos: cortinas de humo que distraen, perros que aúllan para desviar la mirada, jaulas vacías que revolotean como promesas rotas. El mundo, con su maquinaria de control, le exige que mire hacia otro lado, que se pierda en trivialidades, que olvide las puertas. Pero él, con una máscara de inexpresividad tallada en el rostro, resiste. Su silencio es su rebelión, su opacidad un escudo contra los que quieren descifrarlo, poseerlo, reducirlo."
Entre los estilos musicales presentes en el disco, se encuentran el funk en "Perro de Alcibíades", el rock garage en "Cara de nada" y "Puertas", y la canción "Ganaron los malos".
También se incluyen temas con arreglos de cuerdas y tonos melancólicos como "En el cuarto de Nico" y "Esplín", esta última seleccionada como el focus track.
El disco se completa con "El astrónomo que no podía ver el cielo" y "Camello patagónico", que exploran paisajes sonoros más surrealistas y oníricos
"A veces, el viajero encuentra refugios. Un cuarto donde el incienso arde bajo la cama, donde un poema sin nombre duerme bajo la almohada. Allí, entre amatistas y mandalas incompletos, la fragilidad se vuelve sagrada, pero nunca eterna. La melancolía, como un péndulo afilado, regresa siempre, clavándose en las grietas del alma. No hay cura para ese dolor, solo la esperanza de aprender a habitarlo, de pegar los pedazos rotos con la paciencia de quien sabe que la fortaleza no es invulnerabilidad, sino insistencia", expresa Musso.
También agrega: "El corredor no es amable. Hay puertas que lo llevan a arenas movedizas, donde el poder se alza con armas más pesadas, donde los que gritan más alto imponen su verdad. El viajero ve a la oscuridad ganar mil veces, y en su amargura descubre una verdad incómoda: los vencedores y los vencidos son rostros del mismo juego, espejos de una humanidad que se devora a sí misma."
La figura del viajero, presente a lo largo de todo el álbum, habita un espacio simbólico donde cada decisión representa un riesgo. "El viajero vive en la angustia de la libertad, sabiendo que elegir es arriesgarse a perderse. El movimiento es su única verdad, y el corredor un mosaico de fragmentos: un cielo que no se ve, un péndulo que corta, un rostro que no refleja, un piano que arde bajo el mar."
Musso concluye: "El viajero no sabe si alguna puerta lo llevará a sí mismo. Quizás no importe. Su salvación, si existe, no es un lugar, sino el coraje de cruzar, de enfrentar el vértigo del umbral con los ojos abiertos."
Para terminar les compartimos el disco "Puertas":
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