Redacción, La Folk Argentina

El retorno de Fito Páez al escenario vuelve a encender pasiones. Tras un arranque de ventas explosivo que dejó sin entradas la primera fecha en el Movistar Arena, el rosarino confirmó una noche extra, una decisión que demuestra no solo su inmensa convocatoria, sino también el peso cultural que sigue teniendo en la música argentina. Es una movida clara: para él y para su público, esto no es un simple concierto más, sino un momento de reencuentro profundo, casi ritual.

Páez está en un estado artístico que pocos pueden alcanzar: mezcla de sabiduría, pasión y creatividad desbordante. Este segundo show es una respuesta directa al clamor de la gente, que no quiso dejar pasar la oportunidad de vivir esa experiencia única. Sus canciones no son solo himnos de una generación, sino puentes emocionales que conectan pasado y presente, y su presencia en el escenario aún tiene la fuerza de una tormenta elegante.

La propuesta del espectáculo promete ser ambiciosa. No será un repaso predecible de clásicos: Páez traerá revisiones, sorpresas, matices nuevos, como si estuviera reconstruyendo su propio legado en cada nota. Temas como “Mariposa Tecknicolor”, “El amor después del amor” y “Tumbas de la gloria” convivirán con versiones reinventadas, reflejo de un artista que nunca deja de buscar, de repensar y de emocionar.

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Pero más allá de la música, hay algo simbólico en esta nueva fecha: es una reafirmación. Fito no solo está de regreso: está más presente que nunca, con la energía de su juventud, la profundidad de sus años y la certeza de que su voz sigue siendo una palabra clave en el mapa cultural argentino.

Desde La Folk Argentina, celebramos esta noticia como un triunfo. No solo para Fito Páez, sino para todos nosotros, para quienes creímos y para quienes descubrieron su música más tarde. Ver a Páez llenar el Movistar Arena es una señal poderosa: su legado es dinámico, vivo, insustituible.

La segunda función ya se perfila como una de las noches más memorables del año. Y si sos parte del público, sabés bien que lo que vas a vivir no va a ser cualquier show: va a ser un momento para el recuerdo, para sentirse parte de algo más grande que una canción, algo que trasciende.