NOVEDADES DISCOGRAFICAS
Damián Verdún combina distintos universos sonoros en su nuevo disco "#Urbano"
El joven charanguista, que este año editó en forma independiente su segundo álbum, aseguró que "lo mejor de la mezcla musical es el desafío de lograr que universos distintos puedan funcionar juntos".
"Me encanta probar la mixtura. Me interesa poder mezclar instrumentos que dan colores y sonidos distintos y hacer que funcionen, se mezclen", explicó Damián Verdún sobre el espíritu que recorre su último material en el que debutó como compositor.
Oriundo de la ciudad santafesina de Rosario, el charanguista que cuenta entre los amigos de sus padres al fallecido músico jujeño Ricardo Vilca, editó este año "#Urbano", álbum que bien podría ser el resultado sonoro de las tradiciones que recogió en sus giras por Latinoamérica y otras partes del mundo.Y si en "Aguarriba" (2010), el trabajo con el que se dio a conocer como intérprete, Verdún ofreció un repertorio de clásicos de Atahualpa Yupanqui, Horacio Castillo, Ramón Ayala y Raúl Carnota, entre otros, en este nuevo material se atrevió a navegar los personalísimos túneles que lo enseñan en su faceta de compositor.
"Fue un camino natural. El haber pasado por ciudades europeas cuna de civilizaciones occidentales me sumergió en un momento de reflexión, así que después de ´Aguarriba´ tuve una etapa de tomar el instrumento y ver qué tenía para decir desde lo creativo", señaló el líder del trío que completan Viki Virgolini (percusión) y Federico Ramonda (bajo).
"En "#Urbano" -agregó- me apasioné con el color musical del ronroco, que te transporta a lo autóctono y lo aborigen, y que al igual que el charango es un instrumento mestizo que habla de la dualidad andino-occidental y no suena como ninguna otra cosa".
El vínculo de Damián Verdún con la música se remonta al principio de su historia. Pasión heredada por sus padres, él asegura que conserva fotos de sus cinco años donde se lo ve con un charango entre las manos.
"Mi primer maestro es mi papá. Después toqué varios instrumentos como el bajo, el violín, la guitarra que me hicieron ser músico comodín en distintos grupos", recuerda hoy quien luego acompañaría artistas como de Franco Luciani, Horacio Castillo, Daniel Drexler, Georgina Hassan, Pablo Grinjot y Sandra Corizzo, entre otros.
"Pero en realidad mi reencuentro con el charango fue gracias a la música del maestro de la composición que es Ricardo Vilca: un año antes de su muerte en 2007 estaba en un viaje en la Quebrada de Humahuaca con mis padres que eran sus amigos y terminé tocando en la peña con él", rememora.
"De viaje de vuelta a Rosario -dijo- me dediqué afanosamente a sacar sus temas y fueron apareciendo arreglos y cosas que, al final, dieron como resultado mi primer disco solista como intérprete".
Hoy, "#Urbano" no sólo es el fruto de una búsqueda más propia; no sólo es un bastión de la independencia al haber sido posible gracias al financiamiento colectivo de seguidores de distintas partes del mundo (que por Internet aportaron dinero mediante la compra anticipada de discos, shows privados y clases de charango), sino que además representa para su autor una suerte de símbolo de los tiempos que corren.
"Hoy -explicó- todo tiene hashtag (#), para todo en las redes sociales se usan conceptos, rótulos, se tiende a estandarizar y entonces ponerlo dentro del título me cerraba porque mi música no tiene etiquetas: es un desafío ir por el mundo a mostrarse y no tocar lo que se dice que la gente quiere escuchar, animarse".
"Pero las redes sociales y la globalización en las comunicaciones son un salvoconducto para los artistas independientes: hoy podemos decir que somos auto insuficientes porque no damos abasto", bromeó.
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