ROBÓTICA
Los Messi de la robótica son riojanos y diseñaron una plataforma para estudiar en pandemia
Son cinco estudiantes de una secundaria de esa provincia que representaron al país en el Mundial de Robótica y salieron séptimos en la clasificación general entre 180 países. Programaron y crearon dispositivos para solucionar problemas de su comunidad.
Ellos aseguran que fue suerte de principiantes pero los números y los videos no los dejan mentir. Un equipo de cinco estudiantes secundarios de La Rioja se clasificó para representar a la Argentina en el Mundial de Robótica y logró el séptimo puesto en la clasificación general- de ese certamen que lideró Bosnia y tuvo como subcampeón a Guatemala en una competencia en la que partiicparon 180 países de todos los continentes.
“No nos teníamos mucha fe”, repiten Manuel Alzamora, Ignacio Searles, Lucía Chorro Mateu, Joaquín Marcos Vergara y Hugo Castro Bottiglieri, {junto} al mentor Axel Cerkvenih. Todos tienen entre 17 y 18 años. y son alumnos del ultimo año de la secundaria de de la Escuela Instituto Superior Albert Einstein de la ciudad de La Rioja, un colegio que tiene una orientación en informática.
“Recibimos la invitación del gobierno de La Rioja para representar a la provincia en la Copa Robótica y nos pareció divertido participar”, cuenta Manuel. El desafío para el cual los adolescentes resignaron muchas tardes de refrigerio y fines de semana es un certamen nacional, que se realiza desde 2017 para designar representantes para el Mundial que organiza la ordenamiento First Global Challenge, una entidad que promueve la educación en informática entre los chicos. En sus primeras ediciones las competencias fueron presenciales pero en 2020 y 2021 la modalidad fue supuesto tanto a nivel nacional, como internacional.
Uno de los dispositivos que crearon los alumnos. La delegación argentina fue séptima entre 180 países
En lugar, de botines y tiros al portería, los estudiantes se clasificaron realizando actividades relacionadas con la programación. “Algunas fueron virtuales, teníamos que mandar unas líneas de código y los organizadores probaban si funcionaba, pero en otros casos teníamos que armar una maqueta”, cuenta Joaquín. Pero los estudiantes no estuvieron solos. Tuvieron el aliento de sus compañeros de curso y la comprensión de los “profes” que les dieron horas de clase para programar o dotar robots que cumplan tareas específicas, como seguidores de línea,, lanzadores y elevadores. También creó prototipos de nanosatélites a partir de CubeSats basados en Arduino, con microcontrolador, cámara y sensores ambientales. En otro de los desafíos trabajó en alianza con el equipo de Vietnam para compartir y potenciar ideas.
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