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30/11/2024

Los que faltan: fotos, datos e historias de los 138 chicos que siguen perdidos en Argentina

Fuente: telam

Un día dejaron sus casas y no volvieron más. Para sus familias, la vida se detuvo en ese instante. Algunos se extraviaron hace poco, otros hace décadas. A todos los busca Missing Children. “Nuestra tarea va a terminar el día que sepamos dónde están”, dice Ana Llobet, presidenta de la ONG

>En Argentina hay 138 chicos que no se sabe dónde están. Detrás de cada uno de ellos, hay una historia y familias enteras que no pierden la esperanza de encontrarlos. A todas esas madres, padres y hermanos los acompaña Según datos de la ONG, en nuestro país, cada día desaparecen entre cuatro y cinco menores; sumando alrededor de 1.200 casos al año. Al cierre de esta nota, la organización busca a 93 niños y jóvenes desaparecidos, de los cuales 25 llevan más de un año sin ser localizados y unos diez han estado ausentes de sus casas por cerca de una década. Además, hay 45 casos que corresponden a personas que ya han alcanzado la mayoría de edad, pero continúan sin ser encontradas.

Desde su fundación en 1999, Missing Children Argentina recibió 18.465 denuncias. El 95% de ellas han sido resueltas”, explica Ana Llobet a Infobae. Las causas más comunes de desaparición incluyen conflictos familiares por los que un chico, en general los adolescentes, decide dejar su casa de manera espontánea; el secuestro por parte de uno de los padres; la pérdida de orientación de menores, algunos de ellos con capacidades diferentes; problemas de consumo de estupefacientes; y La organización, donde trabajan un total de 18 voluntarios, recibe un promedio de entre cuatro o cinco llamadas diarias reportando desapariciones de menores, muchas de las cuales se resuelven rápidamente. Cuando eso sucede, en la página de Missing Children Argentina, reemplazan las fotos de los niños con una bandera verde. “Tenemos una persona dedicada a actualizarla permanentemente”, dice Ana.

“La mayoría de los chicos que buscamos son adolescentes y mujeres de entre 12 y 17 años”, cuenta Llobet, y destaca la importancia de realizar una denuncia policial inmediata cuando se sospecha que un niño está perdido. “Es falso que hay que esperar 24 horas. De hecho, los primeros momentos después de un extravío son cruciales, especialmente en los casos de niños pequeños porque son los más vulnerables. En esa primera hora, a la que llamamos ‘hora de oro’, hay más posibilidades de encontrarlo en su entorno habitual. Pasado ese tiempo, las probabilidades de alejamiento aumentan y el peligro se multiplica”, afirma.

“Gracias a la difusión de las fotos, las personas reconocen a alguien que tienen visto en su entorno; o, de tanto, ver la imagen, un día terminan identificándola en un colectivo o una plaza. Cuando eso sucede, recibimos información que inmediatamente pasamos a la fiscalía o la comisaría. Por eso siempre digo que funcionamos como un puente entre quienes buscan y quienes saben algo. A veces nos da resultado; otras veces, no”, detalla.

Desde 2019, en Argentina rige la “Alerta Sofía”, A diferencia de otros sistemas, “Alerta Sofía” implica una participación ciudadana en la investigación. Su fin es pedir colaboración a la sociedad. “Desde que existe, hace cinco años, se activó en cinco casos: el primero fue el de Entre las herramientas más recientes para dar con los chicos desaparecidos, Llobet destaca la colaboración con Missing Children Italia, que utiliza inteligencia artificial para hacer progresiones de edad. “Esto es esencial para casos muy antiguos: no tiene sentido seguir publicando una foto de un niño que ya no luce así. Lo que hacemos es hablar con los familiares y pedirles imágenes de hermanos, abuelos y tíos. Todo ese material lo enviamos a Italia y, una semana después, ellos nos envían una imagen de cómo se vería el niño ahora para conservar la oportunidad de encontrarlo”, explica.

Aunque las progresiones representan un avance, la carga emocional de ofrecerlas a las familias es fuerte. “Cuando se las mostramos, muchas madres se quiebran. Saber cómo podría lucir su hijo o hija después de tantos años es difícil, pero nosotros tendemos a darles la opción”, dice Ana.

“Existimos porque hay organismos que fallan”, señala la presidenta de Missing Children Argentina. “No quiero generalizar porque hay quienes trabajan con responsabilidad y seriedad; pero, en otros casos, hay desidia y falta de recursos técnicos y humanos. Todo eso, obviamente, repercute en el resultado del trabajo, haciendo que las búsquedas no puedan resolverse de manera positiva. Por eso existimos, lamentablemente digo yo. Nosotros no deberíamos existir”, dice Llobet.

Para Angelina Giménez, Missing Children representa la única luz de esperanza que le queda para encontrar a su hijo, David Leonardo Capli. La última vez que lo vio, cuenta en comunicación con este medio, fue en octubre de 2021. Tenía 16 años y le dijo que se iba a pescar con amigos. Jamás volvió. “Ya no sé por dónde buscar, ni a quién recurrir. No veo resultados ni avances en la investigación. Cada vez que voy a juzgado me dicen: ‘No tenemos nada’”, cuenta la mujer de 46 años, mamá de otros cinco hijos y oriunda de la provincia de Misiones. “Acá hay fotos hasta de Loan Peña, pero de mi hijo no encontré ni en San Ignacio, que es la localidad donde nos criamos. No siento el apoyo del pueblo ni del Municipio y me duele muchísimo. Vivir buscando un hijo es terrible. No se lo deseo a nadie”.

Mientras haya niños desaparecidos, Missing Children seguirá en pie. “No importa el tiempo que haya pasado, lo que importa es que sigamos buscando. Parte de nuestra función es que la gente sienta que hay esperanza de encontrar. Nuestra tarea va a terminar el día que sepamos dónde están los niños extraviados. Siempre deseando que aparezcan vivos. En algunos casos no sucede. Ahí toca saber qué pasó. Eso es lo las familias necesitan y para nosotros esa es la gran deuda”, se despide Ana.

Fuente: telam

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