30/12/2024
El fin de una era en Siria: el colapso del partido Baaz tras la caída de Bashar al-Assad
Fuente: telam
Con la desaparición de su influencia, el régimen de Bashar al-Assad deja un vacío político que despierta incertidumbre sobre el futuro del país
>En Damasco, la capital de un país que durante décadas fue un bastión de control político implacable, el aire parece más ligero. En el antiguo cuartel general del Partido Baaz Árabe Socialista, ahora reconvertido en un centro de rendición para soldados y oficiales del régimen, los ecos de un pasado omnipresente se desvanecen. Allí, armas y credenciales se acumulan como vestigios de un sistema que dominó a Siria durante más de sesenta años y que, finalmente, ha caído junto al régimen de Bashar al-Assad.
Fundado en 1947 por los nacionalistas Michel Aflaq y Salaheddine Bitar, el Baaz soñaba con una unión panárabe bajo el estandarte del socialismo árabe. Sin embargo, en Siria, ese sueño se transformó en un instrumento de control en manos de la familia Assad, desde el golpe de estado de Hafez al-Assad en 1970. Los altos mandos militares, mayoritariamente de la secta alauita, consolidaron un régimen que vendía nacionalismo, pero que en la práctica operaba como una dictadura sectaria.
—Creí toda mi vida que el fundador del partido había sido Hafez al-Assad —admite Abdul-Rahman Ali, un ex soldado de 43 años que, como muchos, fue obligado a unirse a las filas del partido desde su juventud. Su rostro delata alivio mientras agrega:—Vivíamos con miedo. Las paredes escuchaban.La caída del partido Baaz no solo marca el fin de una era; también abre interrogantes sobre el futuro. Las similitudes con el proceso de “desbaazificación” en Irak tras la caída de Saddam Hussein son inevitables. Allí, las purgas contra leales al régimen desataron resentimientos sectarios que alimentaron la insurgencia y el ascenso de grupos extremistas.
En Siria, el temor a una repetición de esa historia es palpable. Ghadir, un ex soldado alauita que prefirió no revelar su apellido, expresa sus dudas:Mientras tanto, los nuevos gobernantes, encabezados por Hayat Tahrir al-Sham (HTS), aún no han decidido oficialmente qué hacer con el Baaz. Un representante del grupo insurgente, hablando bajo condición de anonimato, señaló que Ahmad al-Sharaa, líder de HTS, ha prometido justicia para quienes cometieron crímenes, incluyendo a miembros del partido.
Entre los cientos que han entregado sus armas está Mohammed Merhi, un ex coronel que, como otros, busca empezar de nuevo. A sus 57 años, se aferra a la esperanza de un futuro democrático.Merhi, al igual que otros, recibió un documento que le garantiza libertad de movimiento en el país. En sus palabras resuena una mezcla de resignación y optimismo:
—Quiero ser un ciudadano normal y trabajar por una nueva Siria.Pero, como bien decía el poeta sirio Adonis, “en la destrucción también hay creación”. En cada rincón del antiguo cuartel general del Baaz, entre armas entregadas y pasados negados, resuena la esperanza de que, esta vez, la creación sea más fuerte que la destrucción.
Fuente: telam