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20/04/2025

Cafetines de Buenos Aires: La Ideal, una de las confiterías porteñas que es al mismo tiempo monumento y lugar de encuentro

Fuente: telam

No está situada sobre alguna avenida como otros de los bares emblemáticos de la vieja ciudad. Conserva detalles de una era de opulencia. Fue visitada por muchas celebridades

>A fines del siglo XIX, la República Argentina se proyectó al mundo como una nación rica y próspera. En simultáneo comenzó la transformación de su Capital: Buenos Aires. El plan urbanístico se propuso desterrar la anterior imagen de aldea colonial por una nueva de metrópoli imperial —como la calificó décadas más tarde el intelectual francés André Malraux— con anchas avenidas, bulevares y edificios públicos monumentales. Durante esta bella época se inauguraron el Congreso Nacional, el Palacio de Justicia, el Teatro Colón y la oligarquía vernácula levantó sus lujosos palacios residenciales. Esa clase alta, al mando del poder político, necesitaba de salones públicos para socializar acordes a los nuevos tiempos. Fueron los años que dieron lugar a la construcción de importantes confiterías elegantes.

La Confitería Ideal está ubicada en Suipacha 384, a pasos de Corrientes. Primera gran diferencia con sus hermanas de clase. El Gran Café Tortoni y la Confitería del Molino se establecieron sobre grandes avenidas. La Ideal se instaló dentro de la vieja y estrecha cuadrícula dibujada por Don Juan de Garay. No solo era angosta Suipacha. También lo era Corrientes que recién se ensanchó dos décadas más tarde. No existía el Obelisco, inaugurado el 23 de mayo de 1936, mucho menos la Avenida 9 de Julio.

Su dueño fue un gallego de Pontevedra, Manuel Rosendo Fernández. Don Manuel no escatimó en gastos ni materiales. Las dos plantas tienen boiserie de roble de Eslavonia, arañas de Francia, vitrales italianos, columnas de marfil de estuco veneciano y volutas recubiertas en oro. La escalera que conduce al primer piso es de mármol botticino. También dispone de un ascensor de jaula y un óvalo abierto entre ambos pisos deja pasar la luz natural que entra por los vitrales del techo.

¿Y qué se puede decir del año de su apertura? El año 1912 es mundialmente recordado como el del hundimiento del Titanic. No existe reseña de la Ideal que no mencione el hecho. ¿Tiene algo que ver el choque del transatlántico a más de nueve mil kilómetros del Río de la Plata con la apertura de la Ideal? Nada. Pretenciosos puentes de una burguesía autóctona.

El hecho trascendente, por estas pampas, fue la promulgación de la Ley Sáenz Peña que permitió el voto obligatorio y secreto, por entonces, sólo para hombres. La nueva ley electoral, N° 8.871, vino a poner fin a la sucesión de gobiernos que se repartían entre unos pocos conocidos, dando lugar a lo que —cuatro años más tarde—, fue el acceso a la presidencia del líder popular Hipólito Yrigoyen y el corrimiento de las funciones ejecutivas de gran parte de la clientela que circulaba por los salones de la Confitería.

A poco de abrir el negocio, sus salones se convirtieron en un destino apropiado para salidas familiares. Sobre todo, como punto de encuentro para mujeres en un área rodeada de cafetines masculinos. La planta alta de la Ideal pasó a ser el salón escogido por las familias tradicionales para las despedidas de solteras de sus hijas.

Durante el mismo año de apertura de la Confitería Ideal abrió, en Corrientes 1066, el primitivo Luna Park. Pegado al Luna estaba el Café Oración. Los dos miraban al paredón de la parroquia San Nicolás de Bari, donde en 1936 se erigió el Obelisco. Sobre la calle Artes —actual Carlos Pellegrini— funcionaban los teatros de la Comedia y del Pueblo. En Corrientes 980 estaba el Café El Nacional, conocido como la “Catedral del Tango”, un éxito de público de un género musical que ya presentaba los avales recibidos en los más afamados cabarets de París, requerimiento de admisión exigido por la aristocracia local.

La Ideal funcionó por más de 100 años hasta que en 2016 cerró. Al año siguiente, el estudio de arquitectura Pereiro-Cerrotti y Asociados, comenzó un largo período de restauración y puesta en valor de un edificio muy deteriorado. Son los mismos profesionales que realizaron los trabajos de recuperación de otros Bares Notables de la Ciudad como La Giralda, La Ópera y La Puerto Rico.

El resultado logrado con la Confitería Ideal es, por lejos, el mejor de todos. Buenos Aires recuperó un palacio cafetero de excepción. No obstante, antes de su esplendoroso presente, toda personalidad destacada que nos haya visitado pasó a conocerlo. Ninguno perdió la oportunidad. ¿Qué los llevó a acercarse hasta una zona de la ciudad que había quedado fuera de los nuevos puntos de atracción a recorrer? ¿Qué información tenían de La Ideal? ¿Dónde la habían obtenido? Quizás fuera por su vínculo con el tango. Entre sus habitués se encontraban Carlos Gardel, Tita Merello y Hugo del Carril.

La Confitería Ideal es un arquetipo de una etapa esplendorosa de nuestra historia. El gallego Manuel Rosendo Fernández se propuso, desde la elección del nombre para su confitería, la excelsitud. Vaya si lo logró. Quizás fuera ese el motivo de tantas visitas ilustres. El interés por conocer la concreción del sueño de perfección de un inmigrante. Al igual como se viaja para admirar una pintura de Leonardo Da Vinci o una escultura de Miguel Ángel. En Buenos Aires las bellas artes se manifiestan en formato de cafés y confiterías. Tenemos la ciudad ideal.

Instagram: @cafecontado

Fuente: telam

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