01/07/2025
Los mitos de la adopción, el derecho de los chicos a tener una familia

Fuente: telam
La politóloga y columnista de Infobae en Vivo María Migliore abordó el entramado de los mitos y realidades que envuelven la adopción en la Argentina
>En una de sus columnas habituales, la politóloga y columnista María Migliore abordó el entramado de los mitos y realidades que envuelven la adopción en la Argentina, desmitificando en forma enfática que este proceso sea un acto de beneficencia o una salida meramente ligada a la infertilidad de los adultos. “La adopción está pensada sobre todo y fundamentalmente para que cada chico pueda cumplir su derecho a tener una familia. No existe tal cosa como el derecho a ser padres, sí existe el derecho del chico a estar en una familia”, recalcó Migliore. Frente a una temática donde suelen cruzarse el dolor y la esperanza, la analista puso el foco en la construcción de la familia como un acto donde la perspectiva central debe ser la de los niños y no la de los adultos.
A lo largo de su intervención, Migliore desgranó uno de los mitos más comunes que circulan respecto a la adopción: que se trata solo de una solución para aquellos adultos que no pueden tener hijos biológicos. Señaló que, si bien existe esa motivación, hay cada vez más familias que eligen adoptar como primera opción, y remarcó que “los chicos son el centro, todo el sistema está pensado para cuidar a los chicos, para que el derecho a que tengan una familia pueda cumplirse”. Apuntó que el sistema, aunque muchas veces se discute desde la óptica adulta, debe ser mirado, analizado y mejorado desde la perspectiva de los menores involucrados.
La politóloga también echó luz sobre la extendida percepción de que los tiempos del proceso de adopción son “recontra burocráticos” y por eso suelen demorarse en exceso. “Me parece que hay cosas importantes para ver. Dar un chico en adopción debe ser una de las decisiones más difíciles que tiene el Estado. Está decidiendo sobre la vida concreta de una persona, y entonces es un proceso que por definición debe ser lento y muy cuidado”, argumentó Migliore. Subrayó la responsabilidad institucional de ofrecer máximas garantías para que los chicos, quienes llegan al sistema tras haber pasado por experiencias complejas y, en muchos casos, de abandono o vulneración de derechos, no vuelvan a ser revictimizados por un proceso apresurado o liviano.En diálogo con Infobae en Vivo, en el programa de la mañana, rememoró una conversación con una amiga, madre adoptiva, que le había advertido cómo los chicos que llegan a la adopción suelen ser aquellos a quienes el mundo adulto ya les falló. “Por eso el Estado tiene que asegurarse, en la medida de lo posible, que eso no vuelva a pasar. El proceso no está trabado por burocracia, sino que tiene una razón de ser muy profunda”, insistió, aunque reconoció que existen demoras específicas cuando, en la práctica, no se cumplen los plazos legales previstos una vez que un chico ya no puede estar con su familia de origen y empieza el camino hacia la adoptabilidad. “Ahí sí hay que ponerlo en perspectiva. No tiene tanto que ver con cómo está pensado el proceso, sino con cómo funciona en la realidad de las distintas provincias: a veces porque faltan recursos o personal, otras veces por problemáticas específicas y complejas de cada caso”, explicó.La columnista alertó, además, sobre la fragmentación y desigualdad que existen entre jurisdicciones, lo que impacta en los plazos y en la calidad del acompañamiento. “A veces hay idas y vueltas muy desgastantes entre hogares y juzgados por distintas perspectivas sobre los casos”, describió. Migliore aclaró que, si bien en muchos hogares y dispositivos de alojamiento se hace un gran trabajo y los chicos pueden estar felices, hay una deuda del Estado para garantizar condiciones de contención óptimas mientras los procesos se resuelven. “No es en desmedro del trabajo de los profesionales, pero faltan recursos, seguro. Para los chicos siempre es mejor poder estar en una familia que en un hogar. Todo esto está pensado para que los chicos puedan crecer con una familia”, desarrolló.En ese sentido, remarcó la necesidad de acelerar los procesos cuando la dilación se debe a falta de recursos o acompañamiento. “Cada chico tiene derecho a poder crecer en una familia que lo quiera, lo cuide y lo acompañe. Si hay una intervención que pueda apurarse sin perder las garantías, está bueno hacerlo por los derechos de los chicos”, opinó.Siguiendo con los mitos habituales, Migliore describió “la fantasía de que hay muchísimos padres queriendo adoptar y muchos chicos esperando familia, y que ese cruce debería ser sencillo”. Utilizó datos que ilustran una realidad más compleja: “Más del 80% de las personas que desean adoptar tienen disponibilidad adoptiva para chicos de hasta tres años. A partir de los cuatro años, la disponibilidad baja muchísimo”. Esta situación genera un cuello de botella y vuelve urgente fomentar e incentivar las adopciones de chicos más grandes, cuyas historias suelen ser menos buscadas por los adoptantes.La exposición de Migliore continuó con el análisis del mito de los supuestos “requisitos excesivos” para adoptar: “No es tan complejo. Los registros varían en cada jurisdicción, pero la complejidad real del proceso está en otras partes, no en la inscripción o postulación misma”, sostuvo. Añadió que lo central es estar dispuesto a vincularse y acompañar a niños y niñas que, en muchos casos, vienen de trayectorias donde han sufrido privaciones y traumas.
Finalmente, abordó el tópico sensible de considerar la adopción como un acto de caridad o beneficencia. “Esa mirada está muy repetida, pero es incorrecta y se debe desterrar”, dijo. En palabras de su esposa —cuyo testimonio utilizó para ilustrar—, Migliore recalcó: “No es un acto de caridad; se trata de formar una familia genuina, de encontrarse mutuamente desde el deseo y la responsabilidad que implica acompañar desde el amor”.Para cerrar, sostuvo que, aunque el sistema puede tener fallas, la razón de ser de la adopción radica en resguardar los derechos de los chicos y ofrecerles un punto de partida nuevo. “Son chicos que vienen de historias difíciles, complejas, con derechos muy vulnerados. La adopción está pensada para que puedan tener una familia y para forjar una manera distinta de ser familia, de adultos y niños que se eligen”, explicó.• De 9 a 12: Gonzalo Sánchez, Carolina Amoroso, Ramón Indart y Cecilia Boufflet.
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