MUSICA.
La rockera catarsis musical de Demi Lovato encontró un cálido abrazo en el público argentino
Ante un público conformado mayormente por jóvenes que crecieron a su par, presentó el disco “Holy Fvck” en el barrio porteño de Villa Crespo. Viene de exorcizar demonios en el documental “Dancing with the Devils”.
Poco después de comenzar a exorcizar demonios en el documental “Dancing with the Devils”, en el que habló sobre los estragos del estrellato infantil, las adicciones, los desórdenes alimenticios y los abusos sexuales; Demi Lovato completó su catarsis a través de la música con el disco “Holy Fvck”, el cual presentó anoche ante el público argentino en el Movistar Arena, en el barrio porteño de Villa Crespo.
Si bien la pérdida de la inocencia de la joven estrella ya había comenzado a reflejarse en su música -y su imagen pública- en los discos anteriores; su última producción, que da nombre a la gira que la trajo hasta aquí, muestra un mayor recrudecimiento aún a nivel sonoro y lírico, y los fans locales fueron testigo de ello ayer, a la vez que se ofrecieron como fieles compinches.
Ante un público conformado mayormente por jóvenes que crecieron a la par de su ídola, Demi Lovato mostró gran parte del nuevo material y lo mechó con algunos éxitos anteriores, lo que resaltó aún más el contraste con la nueva estética rockera, la cual aparece en una paleta que oscila entre el pop punk, el glam rock y algunas pinceladas de grunge.
Para ello se acompañó de un cuarteto conformado exclusivamente por mujeres, que presentó a la guitarrista Nita Strauss, reconocida por su labor junto a Alice Cooper, entre otros, como cara visible. Toda una declaración de principios sonoro.
La reconstrucción artística y personal de la ex chica Disney a través de su música tiene su correlato en lo visual, y la puesta del concierto también dio cuenta de ello desde la sobriedad y la apuesta a los colores oscuros.
Pero antes de centrar la mirada en lo ocurrido anoche, vale la pena repasar la parábola trazada por esta figura, desde su temprana aparición en la troupe televisiva que acompañaba al dinosaurio Barney y la juvenil “Camp Rock” junto a The Jonas Brothers, entre otras producciones de la factoría Disney, hasta este “Holy Fvck”.
En el medio, la joven que cumplía con todos los cánones hegemónicos cayó en adicciones, producto de las presiones del medio, al punto de sufrir sobredosis, momento aprovechado por su dealer para violarla. También, reveló haber perdido la virginidad a los 15 años por un abuso, cuando un compañero de la troupe Disney con el que se estaba besando desatendió su pedido de parar allí.
No faltaron en estos desvaríos la bulimia y la anorexia, y una pareja con el actor Wilmer Valderrama en la que la diferencia de edad (17 ella, 29 él) devino en una relación abusiva.
Todo esto fue escupido por Demi Lovato en las canciones que conforman “Holy Fvck” y el pulso eléctrico que le imprimió a esta obra hace que cada pieza oficie de catarsis y manifiesto a la vez.
Alrededor de las 21.40, el gran telón blanco que ocultaba el escenario cayó y dejó al descubierto un sobrio espacio negro, con un cuarteto de chicas de batería, guitarra, bajo y teclados, vestidas de negro, desgranando de manera análoga un sonido de macizas bases y distorsiones.
En medio de la ovación de los fans, Demi Lovato hizo su aparición con un look en las antípodas de sus años en Disney, dado por su aspecto dark, resaltado especialmente por el maquillaje de reminiscencias punk en los ojos.
Mezcla de Joan Jett y Siouxsie moderna, la artista arremetió con furia una seguidilla de su nuevo disco conformada por la canción que da nombre a la placa, “Freak”, la referencial “Substance” y “Eat me”, en un adrenalítico subidón.
Tras un respiro, el saludo y agradecimiento de rigor, y la temprana presentación de la banda, llegaron algunas gemas pasadas como la celebrada “Confident” y la vigorosa “Here We Go Again”.
Si bien este pasaje, que también incluyó “Remember December”, “La La Land” y “The Art of Starting Over”, mostró una faceta más relajada con su estilo de canción pop, el pulso rockero igual se hacía sentir, tanto en la actitud de la figura de la noche como en el despliegue de la banda. No faltaron allí los tapping y otras acrobacias guitarrísticas a cargo de Nita Strauss.
Pero la segunda mitad del concierto mostró el lado más crudo de la artista con canciones de su nuevo disco como “29”, en la que alude a su relación con Wilmer Valderrama; o “Skyscraper”, que habla sobre los desórdenes alimenticios.
Pero también hubo balada con “4 Ever 4 Me”, canción rockera con “Sorry not Sorry” y “Heart Attack”, y pop punk modelo 2000 con “City of Angels”.
“Skin of my Teeth” fue anunciada como la última canción, aunque por supuesto hubo tiempo para bises que enlazaron presente y pasado reciente, con “Happy Ending” y “Cool of the Summer”.
Si Demi quiso hacer catarsis con su documental, trasladarlo a la música en “Holy Fvck” y reinventarse desde un lugar opuesto al que marcaba su destino, ahora puede sumar a su proceso de sanación el contenedor abrazo de quienes, desde este lugar del mundo, la disfrutaron desde sus primeros atisbos de talento.
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