Jueves 26 de Diciembre de 2024

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CAMPO-

Nora Kugler, la asesora en producción animal que lleva al campo en la sangre

En una nueva entrega de ELLAS, llega la historia de una mujer que nació y vivió toda su vida en el campo y tiene su arbol genealógico poblado de agrónomos. Nieta de un dirigente histórico, relata su pasión por la ruralidad y los animales.

Desde niña tuvo contacto con el medio rural: se crió en el campo, al punto de que la educación formal se la dio su madre, que les enseñaba a ella y a sus hermanos todos los días, y a fin de año iban a rendir al colegio del pueblo.

pertenece a una familia llena de agrónomos, algo que la lleva a pensar si, al momento de decidir estudiar agronomía, era realmente posible pensar en estudiar otra cosa. 

Como ejemplo, es nieta de Walter Kugler, quien fuera Secretario de Agricultura durante la presidencia de Arturo Illia y director del INTA Pergamino durante 29 años. Por eso, la estación experimental de esa localidad en el norte bonaerense lleva su nombre.

La realidad es que eligió la carrera y no se arrepiente: es Nora Kugler, una asesora en Nutrición y Sistemas Ganaderos, que se declara una apasionada por el campolos animales y la gente, y es la cuarta entrevistada dentro de la serie de podcast "ELLAS". 

Kugler trabajó durante 15 años en el INTA Valle Inferior, y hace unos 16 años está en Trenque Lauquen asesorando empresas ganaderas de la región. Pero Río Negro capturó su corazón. Ahí, en las puertas de la Patagonia, tiene junto a su esposo una producción de avellanas y nueces.

– ¿Qué sensaciones recordás de la ruralidad y la infancia?
– Cada vez que recordamos la infancia con mis hermanos, pasamos un buen momento. Fue una etapa muy linda de nuestras vidas. Mis padres se fueron recién casados a un campo cerca de Pedro Luro, al sur de la provincia de Buenos Aires. Era un campo con monte nativo que se transformó con el tiempo al riego y producción. Al principio, sin luz ni agua. Nosotros nacimos ahí. Yo tengo 56 años. Somos cuatro hermanos. Mi mamá nos dio clases, era nuestra maestra, todos los días de 9 a 1 de la tarde. Y todos los noviembres repasábamos todo lo aprendido leyendo unos libracos enormes para poder rendir en diciembre en Pedro Luro. ¡Siempre, por suerte, rendíamos bien de tanto que nos hacía mamá estudiar! También íbamos a inglés. Papá nos llevaba a 80 kilómetros para que una señora inglesa que vivía en un campo nos enseñara. 

– ¿Y el contacto con la gente?
– En los veranos, mamá y papá invitaban a primos y amigos y hacíamos campamentos, andábamos a caballo. Toda esa época fue muy buena, muy divertida y me trae los mejores recuerdos. Yo tenía una casita que mi abuela me había regalado, una puerta chica, era mi casita de la infancia y la adolescencia. De todos esos recuerdos viene mi cariño por el campo, los caballos y la vida rural. 

– Cuándo pensabas en agronomía, ¿la carrera fue lo que imaginabas o descubriste cosas nuevas?
Éramos tantos agrónomos en la familia, y mi abuelo tan poderoso en sus pensamientos y en lo que nos inculcaba, fue un sabio, que no sé si podía pensar en la existencia de otra carrera. Era como que había que estudiar agronomía. No había otra. Pero me incliné más hacia los animales. 

– ¿Y cómo fueron los comienzos laborales?
– Desde que empecé me gustaron los animales. De hecho, yo estudié en Bahía Blanca, y de entradaseguí la orientación en producción animal. Después hice un postgrado en Balcarce en producción animal. Pero antes tuve la posibilidad de irme a Estados Unidos. Apenas me recibí pude hacer una experiencia de trabajar en campos de allá en una hermosa gira. Yo vivía con familias rurales, que tenían cabañas y las ayudaba con las tareas. Tenía 23 años y me recorrí ocho estados en ómnibus. Eso fue una de las experiencias más espectaculares de mi vida. 

– Con una historia tan importante de tu abuelo, ¿cómo fue la llegada al INTA?
– Con el tiempo yo quería trabajar también en el INTA, era apasionante dedicarme a la investigación y la extensión y trabajar con los productores. Así fue como trabajé primero en Río Negro y después en un convenio con INTA. Siempre me fui poniendo metas e ideas para ir avanzando y siempre digo que esa fuerza y energía que uno le pone a lo que quiere después termina llegando. Hay que ponerle pensamiento y mucha garra, y las cosas suceden.

– ¿Qué es el INTA? ¿Cómo se lo contarías a alguien que no sabe?
– Yo tengo dos visiones del INTA. El de la época de mi abuelo, incluso la época en la que yo estaba en la que se tenía un respeto por el estado y mucha vocación de servicio. Era tratar de devolver a la sociedad lo más que se pudiera. Mi abuelo era un fanático. Y nos inculcó esa vocación de servicio desde el Estado. Yo traté de seguirlo. Eso hoy está, pero menos. Ahora veo que muchos técnicos del INTA la pelean demasiado, es muy difícil ahora. Se ha perdido en muchos casos esa vocación de servicio. Hay técnicos excelentes, pero otros no tanto y se desvirtuó un poco. El INTA tiene que generar la información para ayudar a los productores a poder avanzar y mejorar. Tiene que estar cerca de la gente, y algunos no lo logran.

PRESENTE Y FUTURO

– ¿Qué te gusta de lo que hacés hoy?
– Me apasiona tratar de resolver problemas en cada lugar donde voy. Y que puedo aportar mi granito de arena para mejorar lo que cada uno necesita, que siempre es diferente. Algunos más avanzados quieren analizar información recolectada para tomar decisiones. Otros me piden que capacite al mixero o que los ayude en un comienzo para la recolección de datos. Otros necesitan poder organizar el circuito de pastoreo. Y eso es lo que tiene de apasionante esta profesión, hablás con dueños o con peones, variás los temas. No te podés aburrir nunca. 

– ¿Qué tecnología creés que es disruptiva para la ganadería que viene?
– Si tuviera que elegir algo general te diría que ha revolucionado cómo se diagraman y piensan los sistemas ganaderos al saber el impacto que tiene la nutrición en la gestación en el producto final. Esa información es espectacular porque te hace mirar todo desde arriba y en perspectiva. Y es motivante porque lo que yo hago en un rodeo de cría puede impactar en un engrasamiento o en la vida de una vaca madre y los terneros. Si vos tomás eso empezás a moldear distintos proyectos desde ese comienzo. En eso hay muchísimo trabajo y desafíos. 

– ¿Qué te entusiasma cuando miras para adelante y qué te preocupa?
– Mirá: yo empecé a ir a Estados Unidos hace mucho, te dije que estuve varios meses cuando tenía 23 años y hoy tengo 56. Y me acuerdo que ellos antes veían a Argentina como una competencia. Y hoy, que sigo yendo, veo que nosotros nos quedamos. Avanzamos y retrocedemos. Pero nos estancamos. Y eso te cansa. ¿Cuándo vamos a despegar? El productor va mejorando, pero no poder planificar es tremendo. Y esas cosas aburren. Yo siempre le pongo onda, pero es difícil. Es una pena que la ganadería no se pueda desarrollar como debería, como sucede en otros países. 

– ¿Cómo se puede hacer para atraer a los jóvenes a la actividad rural?
– A mí me encanta trabajar con jóvenes y creo que en la medida que encuentres un balance, un equilibrio de escuchar lo que quieren, cediendo un poco, para que se sientan más cómodos, y ellos también ceder, se puede. El campo es un lugar que puede ser sumamente atractivo para la juventud. La vida es súper sana, favorece la creatividad. 

– La incorporación de tecnología en agricultura parecería ir por el ascensor, y en la ganadería  por escaleras, más lenta. ¿Esto sigue siendo así? ¿Dónde estamos parados?
– Es cierto que la ganadería va más lento, pero en ciertos lugares está a la par con la agricultura. Depende mucho de si está la persona que se haga cargo de esa tecnología. Cuando está la persona que lo sigue esa tecnología fluye. Es difícil y cuesta cuando se encarga de eso una persona que está en mil cosas más al mismo tiempo y a su vez le pedís que recolecte información y la interprete. Lo que yo digo es que cuando se genera información empezás a tener mejores conversaciones. Subís el nivel de la charla. Y eso es lo que hay que lograr. 

– Sea por los que no quieren comer carne o los que critican porque producirla contamina, por distintos motivos la ganadería ha quedado en el ojo del huracán. ¿Cuál es tu mirada al respecto?
– Yo digo que primero tenemos que ponernos de acuerdo quienes estamos en el campo, en manejar bien esa información, y tener apuntada y clara la frase que vas a usar para explicar una situación o problema a una persona que no conoce del tema. Te va a refutar y vos tenés que tener ordenada la información para contestar. Si dudás, perdiste. Y siempre con respeto. Eso, por un lado, bien informados. Dato mata relato. Y por otro lado, hay que mostrar siempre que la ganadería genera que la gente viva en el campo y hay lugares de campos naturales, de pasturas en donde no es posible hacer otra actividad. Entonces la ganadería tiene un valor enorme. Y después sí, emite, tiene un impacto en el calentamiento global, pero pequeño. Y de hecho se está estudiando cómo mitigarlo o compensarlo y que se emita menos. Y todo eso hay que contarlo. Sabiendo que con un buen manejo ganadero es más lo positivo que lo negativo. 

LA VIDA PERSONAL DE NORA

– ¿Tenés alguna actividad que hagas para resetearte y volver al ruedo al día siguiente?
– A mí me gusta mucho leer. Ya con eso me inspiro mucho. Leo mucho de temas diversos. Hacer revisiones de un tema específico me apasiona. También he viajado bastante y me encanta ver qué hacen otros para ver qué puedo traer acá. Hay muchos productores que hacen cosas increíbles. Yo no siempre enseño, aprendo mucho también. 

– ¿Qué te hace emocionar? ¿cuándo fue la última vez que lloraste?
– Yo soy bastante emocional. Llorona de chica. Con el tiempo uno se va endureciendo un poco. Me hizo llorar por ejemplo que me quedé varada en Nueva Zelanda en plena pandemia, sin poder volver. Y eso me hizo llorar de la bronca. Pero el tiempo te va curtiendo. Hoy lloro más por cosas que me hacen doler que por cosas simples o alegres. 

– ¿Una mujer y un hombre que hayan sido modelos o admires?
– Soy admiradora de muchas personas. Mujeres que son apasionadas. Cualquiera. Desde la que está en una ONG a la que esta en un campo y la pelea día a día, las que le ponen garra. De todas voy tomando cosas. Así admiro igualmente a hombres. Personas que van dejando huella.

– ¿Tenés alguna frase que te gustaría dejar como regalo para el final de esta charla?
– “En la vida hay algo peor que el fracaso… es no haber intentado nada”, de Franklin Roosevelt. No hay que tener miedo a equivocarse. Uno va haciendo, te tropezás, te levantás y seguís haciendo. Y ahí está la magia. Eso trato de transmitirle a mis hijos. Hay que ir dejando algo positivo y si falla hay que levantarse y no perder el tiempo. La vida hay que vivirla a fondo. No perder un minuto. Siempre hay cosas para hacer. Esas oportunidades uno las tiene que encontrar. Hay que ser positivos. Y de todas las personas trato de sacar lo mejor. Si vos obtenés lo mejor de cada persona es mágico. Y de eso se trata, la vida para mí. 

MUJERES EN CAMPAÑA

“ELLAS” es una serie de podcasts realizados por Infocampo con mujeres de campo que inspiran por su historia emprendedora, y que cuenta con el acompañamiento de “Mujeres en Campaña”, una iniciativa de New Holland Agriculture que ya tiene un camino recorrido y embajadoras de distintos lugares del país.

La Iniciativa Mujeres en Campaña (MEC) surgió cuando comenzamos a notar que existen muchas mujeres involucradas en el campo con grandes capacidades y que todas teníamos algo en común: la necesidad de compartir experiencias vinculadas al campo y al trabajo rural, nuestro principal objetivo es visibilizar el rol de la mujer rural en cualquiera de sus tareas sea como cliente o como una referente para el sector”, señaló Roxana López, referente de Marketing New Holland Argentina.

Desde “Mujeres en Campaña” desarrollaron el concepto de “embajadoras” que permite conocer un poco más de cada una en su rubro y, a su vez, difundir cómo trabajan y cómo se sienten.

El objetivo de este maridaje entre ELLAS y Mujeres en Campaña es llegar a mujeres de distintas edades y distintas zonas geográficas. “Nos enorgullece cuando un padre nos comenta que le recomendó a su hija inscribirse en nuestra plataforma para capacitarse y realizar algún curso de los que ofrecemos”, agregó López.

Desde la plataforma de MEC, se puede acceder a capacitaciones, foros, talleres, entrevistas y contenido de interés, además, cuenta con una Feria de Emprendedoras para dar a conocer los proyectos que lideran las seguidoras.

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