MUSICA.
Gracias a las chicas, Chile va por su ley de cupo femenino en festivales
En la Cámara de Diputados chilena se acaba de aprobar el proyecto de ley que busca que exista una cuota mínima de participación femenina en festivales musicales. Un proyecto que ya está para ser debatido en el Senado. El canto de nuestras hermanas chilenas es el canto de todas.
Hace unos cinco años cuando, desde el campo de la musicología feminista y desde las voces de muchas artistas mujeres, se subrayaba la evidente inequidad de género en la música, sin encontrar la necesaria repercusión, comenzó a circular en redes un estudio realizado entre los años 2016 y 2018, por Ruidosa Fest, el colectivo fundado por la cantante chilena Francisca Valenzuela. Las cifras eran concretas y abrumadoramente injustas: en Latinoamérica hubo apenas un 9,5% de participación de mujeres en festivales de música en ese período.
A partir de allí, la historia de lo que ocurrió en nuestro país es conocida: gracias al incansable y apasionado trabajo de músicas, legisladoras, investigadoras, más el apoyo de otros colectivos feministas, se logró la ley 27.539 que establece un cupo de al menos 30% de solistas, agrupaciones musicales de mujeres y personas de otras identidades de género auto percibidas y agrupaciones mixtas para los eventos donde haya tres o más artistas convocados.
Y ahora, nos volvemos a ilusionar: en Chile viene de aprobarse en la Cámara de Diputados el proyecto de ley que busca que exista una cuota mínima de participación femenina en festivales musicales, y ya está para ser debatido en el Senado.
El canto de nuestras hermanas chilenas es el canto de todas. A la espera de que sea Ley, musicalizamos el tiempo con algunas de las tantas y talentosas voces de la actual escena musical chilena.
Francisca Valenzuela, haciendo ruido
Nació y creció en San Francisco, California. Sus padres, ambos científicoschilenos, estimularon en ella el gusto por la música y la literatura (tiene publicados un libro de cuentos y otro de poesía). Francisca Valenzuela comenzó tomando clases de guitarra y piano en su país natal y a los trece años, cuando su familia regresó a Chile, continuó sus estudios allí.
En 2007, siendo una estudiante universitaria, publicó su primer álbum "Muérdete la lengua", que gozó de muy buena aceptación.
Hoy ya va por su sexto disco, “Adentro”, que salió este año. En el medio, participó de grandes festivales como los de Viña del Mar y Lollapalooza; teloneó a Julieta Benegas; cantó a dúo con Bono, de U2 y no faltaron colaboraciones como su participación en “Cantores que reflexionan” (2007), el disco homenaje a Violeta Parra y en “Señora: Ellas Cantan a Serrat” (2010), un tributo a Joan Manuel Serrat, de producción española que convocó a voces iberoamericanas.
Francisca, además de presentarse en conciertos, también los organiza: en el año 2016 estuvo a cargo de la realización del primer Ruidosa Fest, que fue el primer encuentro para visibilizar el trabajo de cantantes y profesionales mujeres en la industria musical chilena, del que participaron artistas como Natisú, Camila Moreno, Javiera Mena, Fakuta, Denise Rosenthal, y Tomasa del Real, entre otras. Desde entonces, estos festivales combinan música y activismo en pos de una industria musical más equitativa y diversa con Francisca a la cabeza como fundadora y directora de @ruidosafest.
Ka Efe, el silencio se hizo cosecha
Ka Efe (K-Efe, K-F) es el nombre que define como artista solista a la cantante, rapera, autora y productora llamada Karin Hofmann, una artista chilena de ascendencia alemana atravesada por otras culturas desde su formación artística, algo que se refleja en su música que remite a sonoridades como el neosoul y el hip-hop, con tintes latinos, urbanos y hasta flamencos.
Efectivamente, Karin se formó como bailarina de ese ritmo cuando era pequeña.
Más tarde, dejó esa disciplina para dedicarse al canto, la composición y la producción en Barcelona. Luego, se sumaron clases de canto en Nueva York y nació el proyecto Sundaya, el duo que formó junto al bajista Cristián Rozas y que significó su incursión en el soul y la música urbana. Ya en 2018 aparecieron sus primeras canciones y en 2021, su primer disco, Sushi Venus (2021)
Javiera Mena, otra era
Corría el año dos mil cuando Javiera Mena dio su primer concierto con tan solo 17 años, una guitarra, un trío de flautistas y una PC cargada con un sintetizador TS404, dentro del aula de una universidad chilena. Dos años después, ya estaba estudiando composición y arreglos musicales. Mientras tanto, hacía sus primeras presentaciones en vivo en fiestas y ciclos de música independiente donde compartió escenario con artistas como, por ejemplo, Rosario Bléfari y Fernanda Aldana.
Desde aquellos comienzos en el circuito independiente a hoy, con “Nocturna” (2022), ya son seis los álbumes que lleva grabados como artista. Su electro pop ha sonado en importantes festivales de música internacionales como los de Coachella, Primavera Sound, Ruido Fest Chicago, Lollapalooza y Viña del Mar, entre otros.
Nicole, alumbraré este desvelo
Denisse Lilian Laval Soza inició su carrera de pequeña al ganar un concurso televisivo y poco después, con sólo 12 años, grabó su primer álbum “Tal vez me estoy enamorando” (1989). A partir de entonces, pasó a llamarse por su nombre artístico Nicole.
Esa joven que vendía discos y asistía a la escuela hoy tiene más de 30 años de trayectoria como compositora e intérprete. En 2022 lanzó su séptimo disco de estudio “Claroscuro” con 13 canciones inéditas.
Ana Tijoux, romper las cadenas de lo indiferente
No sumisa ni obediente, mujer fuerte insurgente, Independiente y valiente, romper las cadenas de lo indiferente… se la escucha rapear a la enorme Ana Tijoux en su canción “Antipatriarca”, y su voz trae en esta, y en muchas de sus canciones, un activismo por las causas que valen la pena ser cantadas: las luchas sociales, estudiantiles, ambientalistas, de género. Su voz trae compromiso social, y lo lleva, lo esparce, por Latinoamérica, por Europa, por Estados Unidos, con gran reconocimiento.
Nacida en Francia, porque allí se exiliaron sus padres con la dictadura de Pinochet, radicada luego en Chile con su bagaje de rap incorporado de los adolescentes de los suburbios de Paris, y siempre en movimiento por el mundo, esta artista chileno-francesa nunca ha dejado de estar conectada con el pulso social de su país, y así, por ejemplo, su canción "Cacerolazo", ilustra de manera la revuelta de octubre de 2019 en Chile
Javiera Parra, eres más grande que eso
Javiera eligió el pop como lugar de expresión en el que supo afianzarse como artista. Es reconocida por liderar la mítica banda chilena de pop rock Javiera y los imposibles, una de las agrupaciones con mayor continuidad en Chile, tras treinta años de existencia y por haber colaborado en infinidad de proyectos musicales desde sus comienzos hasta la actualidad.
Su elección por la música como profesión explica el porqué de la vieja frase que dice que el fruto nunca cae lejos del árbol: se trata de la nieta de la gran Violeta Parra e hija del cantautor Ángel Parra.
Siendo adolescente, durante el exilio de su padre en México, Javiera se dedicó a la danza y paralelamente, formó su primera banda musical. Integró también otros grupos pertenecientes al under santiaguino de los ochenta. A fines de esa década recorrió Europa con una compañía teatral como actriz y cantante. Fue durante ese período que conoció a su pareja y ambos formaron Javiera y los imposibles, la banda que se convirtió en el proyecto principal de Javiera y donde empezaría a despuntar sus dotes de compositora.
Además de realizar composiciones propias para su proyecto solista, también compuso música para obras teatrales. Colaboró en trabajos discográficos de musicalización de poemas de Gabriela Mistral, Pablo Neruda y Vicente Huidobro; y su voz también sonó en discos de artistas como los de la banda La Portuaria y los Jaivas. Otra de sus últimas alianzas creativas es la que formó a fines de 2021 con la agrupación chilena de pop Humboldt, de la que nació el single “Tu isla”, fruto de la primera colaboración entre ambos.
Mon Laferte, no vine sola
Monserrat Norma Bustamante Laferte cobró notoriedad a partir de su participación en un programa de televisión chileno de principios del nuevo milenio que le trajo su primera experiencia discográfica en 2003. Tras cuatro temporadas, en 2007, se radicó en México donde se consolidó como artista. Allí comenzó otra etapa de su carrera en la que se desarrolló como autora y compositora, alejándose de la cantante netamente melódica y mostrando un perfil más rockero para abordar la música popular latinoamericana y la canción romántica. En ese momento nace “Mon Laferte”, una referente del pop chileno que logró fama internacional a través de su estilo personal y su dominio vocal, convirtiéndose en una estrella que lleva su música por los escenarios de toda Latinoamérica y el mundo.
En lo que va de su trayectoria, Mon lleva editados once discos, incluido su más reciente lanzamiento "Autopoiética" (2023).
Mon es conocida también por su posicionamiento político que ha manifestado públicamente en varias oportunidades en festivales y ceremonias de entrega de premios, como su protesta en la alfombra de los Grammy Latino donde se mostró desnuda con la leyenda "En Chile torturan, violan y matan" escrita sobre el cuerpo, tras el estallido social de 2019 en su país.
O como lo hizo frente al mundo en su presentación en la 61° edición del Festival de Viña del Mar, en febrero de 2020, donde reunió sobre el escenario de la Quinta Vergara a un amplio grupo de cantoras, cantantes y cantautoras chilenas e integrantes de colectivos feministas para manifestarse en favor de una mayor equidad participativa en festivales.
Esa noche, luego de interpretar su canción 'La Trenza', rodeada de más de 50 mujeres que lucían pañuelos verdes y violetas - símbolos de la lucha feminista y a favor de la legalización del aborto- de pie junto a ellas sobre el escenario, se dirigió al público y dijo:
"Y no vine sola. Vine acompañada de un montón de amigas todas cantoras y, como es difícil tener espacio en los escenarios las mujeres, yo dije 'voy a invitar a todas mis amigas poderosas que admiro. Y les quiero decir a cada una muchas gracias por su profesionalismo, por sus hermosas voces, por el aporte que hacen con su música. Las admiro, las amo, compañeras, muchas gracias por acompañarme".
Basta recorrer algunos de los nombres que conforman el universo musical chileno actual para llegar a la conclusión de que sobra talento para alcanzar la paridad: Paz Quintana, Francisca Meza, Carmen Salvador, Sabina Odone, Camila Vaccaro, María Colores, Valeria Marmentini, Natalia Molina, María Perlita, Pascuala Ilabaca, Natalia Contesse, Camila Moreno, Javiera Barreau, Sofía, Laura y Manuela Squella, Sara Pozo, Jazmín Gómez Garibotti, Rocío Peña, Natisú, Monse Sembler, Mila Illanes, Denisse Malebran, Colombina Parra, son sólo algunas de muchas, muchísimas artistas que merecen su espacio en las grillas .
Nosotras, nosotros, los públicos, también nos merecemos- y pedimos- poder disfrutar de más artistas mujeres en el escenario.
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