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El precio de la hacienda crece en dólares, pero no alcanza y pierde en pesos frente a la inflación
Las categorías comercializadas en Cañuelas promedian los U$$ 1,70 por kilo, un 30% por encima del ponderado de los últimos 20 años. Pero si bien la inflación empieza a mostrar signos de contención, todavía es elevada.
La economía argentina ha generado una postal contradictoria en el negocio ganadero: si bien los precios de la hacienda bovina -medidos en dólares- se encuentran en niveles elevados si se analizan los promedios históricos, al pasarlos a pesos comenzaron a quedar retrasados.
¿Qué sucede? La inflación, aunque comienza a ceder, todavía es elevada.
Como referencia, tomaron el Índice General de precios de la hacienda que elabora el Mercado Agroganadero de Cañuelas (MAG) y la primera conclusión es que la hacienda para faena -en dólar oficial- se ubica muy por encima del promedio de esta serie.
En estos días, el promedio se ubica sobre los U$S 1,70. Si bien el número está por debajo de los máximos de diciembre del año pasado, se encuentra un 30% por encima del ponderado de las dos últimas décadas.
LOS PRECIOS DE LA HACIENDA
Un primer punto para entender esta disparada en los valores es el marcado escenario de escasez estructural de hacienda: las casi diez millones de cabezas que se perdieron entre 2008 y 2010 no terminan de recuperarse.
“También se mezclan aspectos de política económica, puesto que, históricamente los sucesivos gobiernos en Argentina han utilizado el tipo de cambio como una especie de ancla inflacionaria, a través de la cual han intentado controlar con mayor o menor grado de éxito el traslado de los movimientos del dólar a precios”, advirtieron desde la entidad rosarina.
En este punto, consideraron que las diferentes políticas cambiarias implementadas comenzaron a derivar en controles excesivos y restricciones para operar libremente con el dólar. Esto se reflejó en un fuerte retraso cambiario, “sumamente perjudicial para cualquier industria exportadora, entre ellas, para la industria frigorífica”, explicaron.
A partir de 2020, el tipo de cambio oficial caminó a la par de la inflación, con tasas anuales de interés que cerraron por debajo del 40%. Al año siguiente, el retraso comenzó a ser evidente, con una inflación que cerró en 51% y una devaluación del 23%: la inflación en dólares trepó al 27%.
En 2022 la dinámica fue similar y el año culminó con una inflación en pesos del 95% y una devaluación del 70%.
El año pasado, la corrección oficializada a partir de diciembre logró revertir esta tendencia. Se cerró 2023 con una devaluación del tipo de cambio del 271% anual, frente a una inflación en pesos trepando a niveles récord de 212% anual.
“Sin embargo, en lo que va del año, esta política de devaluación programada que se sigue sosteniendo vuelve a generar un importante retraso en relación a una inflación que, aún con signos de incipiente moderación, sigue siendo muy elevada”, remarcaron.
PERSPECTIVAS PARA EL NEGOCIO EN 2024
Para el primer trimestre del año, las proyecciones de inflación rondan el 50%, versus un tipo cambio oficial que durante la gestión del presidente Javier Milei avanzó un 4,5%. Si se toma el “dólar exportador”, su performance solo se ve mejorada hasta un 6%.
“Este desacople hace que la industria exportadora siga perdiendo competitividad frente al resto de los mercados, limitando su capacidad de compra en el mercado local”, señalaron desde el Rosgan.
De este modo, este escenario conduce a que el productor ganadero reciba menores precios por su hacienda, con insumos que se mueven al ritmo de la inflación.
Por Infocampo
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