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Paula, la enóloga que enseña a “idear” un buen vino: “Primero hay que conocer el lugar”

A casi un año de su arribo a Antigal, Paula González, una joven enóloga y referente de su generación, habló con Infocampo de lo que dejó la cosecha 2025, algunas tendencias de consumo de vino, las novedades en la que está trabajando y mucho más.
El desafío de volver a su tierra y la cuenta pendiente de trabajar con viñedos del Valle de Uco hicieron que, en agosto de 2024, Paula González hiciera un gran cambio en su vida y tomara las riendas de la enología de Antigal Winery & Estates.
Así, después de muchos años en distintas bodegas de San Juan, regresó a su Mendoza natal para dejar su impronta de vinos de parcela y renovar un portfolio de multipremiados vinos.
Con un nutrido currículum que incluye bodegas como Casarena, Bodega Comando G, Grafigna y Pyros Wines, en una entrevista con Infocampo no solo habló de su primera vendimia al frente del establecimiento ubicado en Maipú (con viñedos en diferentes zonas de Mendoza), también habló de los desafíos que presentan las nuevas tendencias de consumo, los nuevos productos en los que está trabajando y mucho más.
-¿Qué balance hacen de esta cosecha 2025?
-Puedo decir que el balance es súper positivo, estoy contenta con los resultados que hemos obtenido, tanto en variedades blancas como en tintas. Por ahí hablamos del anticipo de cosecha como algo atípico por el calentamiento global, pero quizás ya no es tan atípico, es algo que se ve instaurado todos los años este anticipo en los puntos de cosecha, en la madurez polifenólica de las uvas. Si bien este año tuvimos un anticipo para las variedades blancas de tres semanas hasta casi un mes, que es un montón, y lo mismo ocurría para las variedades tintas en un momento que seguimos cosechando con la misma sinergia que ya traíamos, luego hubo una disminución en la temperatura promedio que teníamos y eso hizo que se ralentice la fase de madurez en algunas variedades tintas, por lo que hubieron dos o tres semanas que se ralentizó un montón la cosecha y terminamos cosechando fines de marzo, principios de abril, como suele suceder durante todos los años.
-¿Cómo se traduce esto a los vinos de 2025?
-Este anticipo en la cosecha lo que hizo fue anticipar los puntos de madurez, por lo que podemos encontrar vinos con mayor estructura, en el sentido de mayor acidez, una carga aromática más interesante. En un momento, como técnicos y charlando con otros enólogos, teníamos miedo de que la madurez azucarina no vaya acompañada de la madurez polifenólica. Ahí fue clave la cuestión de estar recorriendo el viñedo día a día para determinar el momento justo de cosecha, y la verdad es que después de haber terminado el proceso de fermentación, estoy súper contenta porque tenemos vinos muy elegantes, ningunas notas verdes, que era el miedo que podíamos llegar a tener, y tenemos estructura, balance y energía.
-Tras tu primera cosecha en Antigal y ya casi promediando un año, ¿cuál es el balance que hacés?
-Estoy muy contenta porque como primera cosecha que tenía a cargo en la bodega, era algo muy desafiante. Fue conocer un terruño nuevo, trabajar con viñedos que no conocía, pero la verdad que hay un equipo muy sólido, tanto agronomía como en enología, donde tenemos una gran sinergia de trabajo y con un mismo objetivo. Siempre recalco que para poder idear un buen vino, primero hay que conocer el lugar, el terruño, entonces fue fundamental, desde que yo me incorporé en la bodega, que fue en agosto del 2024, empezar a recorrer el viñedo, imaginarnos de los estilos de vino que estábamos buscando, comenzar con algunos estudios en mayor profundidad de perfiles de suelo, de canopias, de microclimas, para poder idear los vinos o los momentos de cosecha. Ahora seguimos trabajando también en el diseño estilístico de los nuevos vinos que queremos mostrar con la bodega para que tengan un sentido y una identidad del lugar de donde vienen.
-¿Cuál es el sello que vamos a ver en los nuevos vinos de Antigal?
-Son vinos que reflejen la identidad de cada uno de los orígenes de donde vienen las uvas. Si hablamos de Gualtallary, si hablamos de La Arboleda, o de diferentes orígenes que también trabajamos con algunos productores asociados, la idea es trasladar el sentido del lugar a través de la copa, y en bodega tratar de ser artífices, de acompañar el vino, de entender que podemos tener diferentes componentes, diferentes estilos. Me refiero a trabajar los diferentes componentes en huevos de concreto, fudres, tanques de acero, barricas y esas herramientas que tenemos para hacer los cortes.
-En un contexto de caída de consumo como una tendencia mundial, ¿cómo se trabaja con eso, sobre todo teniendo en cuenta que es una industria de largo plazo?
-Esta tendencia es algo que se viene notando ya desde hace un par de años. Hoy en día estamos atravesando una crisis, con el peor consumo que ha tenido la Argentina, de 16,8 litros por cápita, pero la idea global de la bodega es tratar de acompañar este consumo buscando estilos de vinos o productos que acompañan a las nuevas tendencias de consumo responsable o directamente de no consumo de alcohol. Hablando de vinos con menor graduación alcohólica, se puede trabajar sobre los puntos de cosecha. Cosechando más anticipado tendremos menor concentración de alcohol. Y estilísticamente, podemos trabajar buscando vinos que sean más bien livianos, ligeros, fáciles de beber, que no sean vinos tan estructurados, pesados, con cuerpo, que si tomás una copa necesites dormir una siesta para poder continuar con tu rutina. Si bien es algo que se está marcando hoy en día cada vez más, la realidad es que ya lo venimos percibiendo desde hace un par de años y no podemos estar ajenos a esa realidad. De alguna forma tenemos que acompañar estas nuevas tendencias.
-¿Y cómo llegás al que directamente no toma vino?
-Es complicado, creo que ese aspecto no solo perjudica al sector vitivinícola, sino también a todas las diferentes industrias. Hay un montón de vinos con cero grado de alcohol en el mercado, hay un montón de tecnología que está permitiendo de a poco ir avanzando con esto, aunque recién está comenzando y estamos haciendo pruebas al respecto. No es una tarea sencilla, es algo que de a poquito hay que educar al consumidor. Y hago un juicio personal, no sé si me imagino un vino cero grados de alcohol. La realidad es que se habla de una bebida fermentada, que puede sufrir algún proceso para llegar a cero grados de alcohol, una desalcoholización. Ahí está el desafío que tenemos como industria para ver de qué forma, bajo qué concepto o qué producto podemos llegar a acaparar esta nueva generación de nuevos consumidores.
-¿Cómo ves los próximos años para la bodega y para la industria en general?
-Como industria, desafiante. Es algo que nos motiva a seguir entendiendo el mercado, no solo en Argentina, sino también afuera. Puntualmente en el caso de Antigal, el 90% de nuestra producción se exporta. Estamos presentes en más de 75 países, por eso tengo la posibilidad de viajar, que es uno también de mis roles, de poder estar en diferentes mercados y entender cómo se manejan y cuáles son las tendencias en cada uno de ellos y que ninguno se maneja de la misma forma. Siempre el consumidor está ávido de cosas nuevas y tenemos que estar atentos a eso para ver qué podemos llegar a ofrecer. Eso en Antigal lo veo muy emocionada y muy contenta con todo lo que se viene, porque realmente desde el año pasado que hay todo un equipo renovado en búsqueda de esta nueva identidad, nuevos estilos de vino, trabajando y haciendo mucho foco en el terroir, en nuestros viñedos, con nuevas plantaciones. Se vienen nuevos productos a partir de esta cosecha 2025 que vamos a estar lanzando al mercado, que me parecen súper interesantes. Estos nuevos productos, varietales y estilos nos permiten acaparar más consumidores y amantes de la bodega.
-¿Qué podemos anticipar de eso que se viene?
-Vamos a estar lanzando dos nuevos espumantes. Si bien la bodega tenía uno, lo interesante de lo que estamos haciendo este año, es que son viñedos que los preparamos específicamente pensados para el espumante. Las bases las elaboramos en la bodega y tenemos personas súper especializadas también en el equipo de enología en lo que es elaboración de este estilo. Van a ser con método charmat y champenoise. También vamos a tener el lanzamiento de nuevos varietales blancos como semillón y en tintos un pinot noir y algunas otras cositas que no puedo contar mucho.
-Si tenés que definirte como enóloga, ¿cómo lo hacés?
-Soy una persona muy apasionada de lo que hace. Creo que nací con esto, desde que soy muy chiquita siempre estuve relacionada al mundo del vino, papás y abuelos tienen pequeños viñedos en la zona Este de Mendoza, entonces siempre fue un tema central en las reuniones, en los almuerzos, en las cenas… Siempre hubo una botella de vino en la mesa y es una cultura con la que nací y la que comparto y que disfruto. Poder salir al mundo, conocer gente y que algo nos una, me parece súper enriquecedor. Poder conocer nuevas culturas, o poder remontarse a la antigüedad de cómo se hacían los vinos, me parece muy interesante. Así que me defino así, una persona con mucha pasión y entusiasmo por lo que hace.
Por Infocampo
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