Cantar con todos sigue siendo necesario

Han pasado más de cincuenta años desde que César Isella y Armando Tejada Gómez nos regalaron Canción con todos. El 28 de agosto de 1970, al registrarla, quizá no imaginaron que su obra se volvería un himno de Latinoamérica. Pero lo fue. Y lo sigue siendo.
Hoy, cuando las fronteras parecen levantar más muros que puentes, cuando las diferencias políticas y sociales a veces nos separan más de lo que nos unen, la canción vuelve a interpelarnos. Nos recuerda que “todas las voces, todas, todas las manos, todas, toda la sangre puede ser canción en el viento”. Esa consigna es una invitación, pero también un compromiso: el canto colectivo como forma de resistencia, de esperanza y de identidad común.
Armando Tejada Gómez, Cesar Isella y Mercedes Sosa.
La fuerza de este himno radica en que no pertenece a un país ni a un solo pueblo: pertenece a todos. Cada verso abraza al continente entero y nos recuerda que somos parte de una misma raíz. Quizás esa sea la mayor vigencia de la obra: recordarnos que, más allá de las crisis, los desencuentros o las diferencias, América Latina sigue teniendo un destino compartido.
En tiempos donde la cultura muchas veces se relega o se trivializa, Canción con todos vuelve a ser una brújula. Cantarla no es un gesto nostálgico: es un acto político y humano. Es levantar la voz con otros, sabiendo que la esperanza también se construye en coro.
Porque cantar con todos sigue siendo necesario.
Carlos Lucentti - Estación Urbana 97.5
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