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El folklore argentino celebra el cumpleaños de Kali Carabajal, historia viva del canto popular

Hay nombres que no necesitan presentación porque hablan solos en la historia del folklore argentino. Kali Carabajal es uno de ellos. Nacido en tierra santiagueña, en una ciudad donde la música se aprende en familia y la guitarra acompaña la vida cotidiana, su vida quedó desde el comienzo ligada al canto, a la raíz y al sentir popular.
Hay nombres que no necesitan presentación porque hablan solos en la historia del folklore argentino. Kali Carabajal es uno de ellos.
Nacido en tierra santiagueña, en una ciudad donde la música se aprende en familia y la guitarra acompaña la vida cotidiana, su vida quedó desde el comienzo ligada al canto, a la raíz y al sentir popular. En ese paisaje de patios, bombos y reuniones familiares empezó a forjarse una identidad que nunca abandonó.
Desde muy joven, Kali entendió que el folklore no era un pasatiempo, sino una forma de estar en el mundo. Su camino se fue construyendo con trabajo, constancia y una profunda identidad cultural que siempre defendió sin concesiones, incluso cuando el paso del tiempo y las modas intentaron correr al folklore de su lugar natural.
En 1967, fue fundador de Los Carabajal, un grupo que marcaría un antes y un después en la música popular argentina. A partir de ese momento, su nombre comenzó a recorrer el país entero, llevando la chacarera y el espíritu santiagueño a festivales, peñas, teatros y escenarios populares, convirtiendo al conjunto en una verdadera referencia del género y en embajadores de una manera honesta de hacer folklore.
El compositor que escribe desde la verdad
Además de cantor, Kali Carabajal es un compositor sensible y profundo. Su obra habla del amor, del paso del tiempo, de la infancia, de los afectos y de la vida misma, siempre desde una mirada humana y comprometida. Canciones como Amor ciego, Me basta con eso, La sembradora, Mariposa multicolor, Lágrimas de amor, Hoy como ayer, Entre la infancia y el hombre, Canción del amor eterno y Cuidemos de nuestros niños forman parte de un repertorio que sigue vigente porque nace desde lo auténtico.
Sus canciones no buscan impacto pasajero: buscan quedarse. Y lo logran, porque están hechas desde la emoción sincera, el respeto por la palabra y una coherencia artística que atraviesa toda su trayectoria.
Familia, herencia y continuidad
En la historia de Kali, la música siempre fue familia. Ese legado continúa en su hijo Walter Carabajal, también músico y cantor, quien siguió el camino del folklore con identidad propia, reafirmando que en los Carabajal el canto no se hereda por obligación, sino por convicción, pertenencia y amor a la tradición.
Durante décadas, Los Carabajal representaron una manera de hacer folklore donde el respeto, la memoria y la identidad ocuparon un lugar central. Kali fue parte esencial de ese espíritu colectivo que dejó huella en varias generaciones de músicos y oyentes.
Una voz con postura
Kali Carabajal nunca fue un artista indiferente. Siempre sostuvo una postura clara frente al folklore y su lugar en la cultura popular. Defendió la dignidad del cantor, el valor de la tradición y la coherencia artística, incluso cuando eso implicó decir lo que muchos callan. Esa firmeza, lejos de ser un gesto aislado, forma parte de su legado más profundo.
Hoy, con los años y la experiencia a cuestas, su figura sigue siendo una referencia obligada para quienes entienden el folklore no como un producto, sino como una expresión cultural viva, con historia, identidad y futuro.
Opinión La Folk Argentina
En el cumpleaños de Kali Carabajal, el folklore argentino no celebra solo una fecha: celebra una vida entera dedicada al canto verdadero. Kali pertenece a esa estirpe de artistas que no se explican desde el marketing ni desde la moda, sino desde la raíz, la coherencia y el compromiso con el pueblo.
Su voz, sus canciones y su trayectoria representan una manera honesta de hacer folklore, donde la música no se usa para brillar, sino para representar, para contar lo que somos y de dónde venimos. Kali es memoria viva, es identidad, es respeto por los que estuvieron antes y responsabilidad con los que vienen.
Desde La Folk Argentina, saludamos y agasajamos a Kali Carabajal en su cumpleaños, con el reconocimiento que merecen los grandes: los que no gritan, los que no se venden, los que dejan huella. Porque el folklore argentino necesita referentes así, hoy más que nunca.
Redacción | La Folk Argentina
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