Con varios días de anticipación ya se sabía que las plateas numeradas para la noche de Abel Pintos estaban agotadas y se especulaba con que sea otra noche en que la taquilla supere las 20 mil entradas vendidas. Pintos ya había alcanzado y hasta superado esas marcas en sus últimas dos presentaciones, de modo que el objetivo no parecía tan descabellado.

Y a la complicación de una multitud recorriendo las inmediaciones del anfiteatro José Hernández, pugnando por sacar la entrada o haciendo la cola para ingresar, se le sumó el adicional de la visita de la vicepresidenta de la Nación, Gabriela Michetti, en medio de un celoso operativo de seguridad.

En el estadio, el espectáculo comenzó no bien se abrieron los portones de ingreso y muchos espectadores se abalanzaron a buscar los mejores lugares en las gradas, sobre todo los que estaban cerca del escenario. La intención de la organización era dejar casi todo despejado para la medianoche, previendo que tendrían que abrir las tranqueras y dejar que la gente ocupe el campo de la jineteada.

Para la arenga de la apertura televisiva, la ocupación de gradas y tribunas era del 100 por ciento. 

Y el comienzo de la fiesta fue en el campo de la doma con el hermoso entrevero de tropillas, también conocido como tropillas entabladas, un espectáculo que consiste en separar a varias tropillas de su yegua madrina, dejarlas encerradas y mezcladas, y de golpe largarlas todas juntas para que vuelvan a reunirse con la madrina. El que primero reúne a su tropilla gana. La estampa es ver a caballadas de diferentes pelajes recorrer el campo de la doma en armonía. 

Después, siguió una serie de jineteadas como para ver cómo va el campeonato. En Bastos con Encimera Lisa, la categoría más peleada y donde del primero al quinto se sacan centésimas, el mejor reservado le tocó al actual campeón, Néstor Fernández, y al terminar la noche –seguramente– iba a quedar por arriba de 

Ramón Córdoba (Santa Fe) y Cruz Ramos (La Pampa), por un par de puntos. A esta altura, pesa más un buen caballo, que se preste al juego, que la destreza del jinete.

La Copla, Cielo Tierra (el único grupo de Jesús María programado en esta edición), Fabricio Rodríguez, y Destino San Javier fueron los encargados de amenizar la espera por Pintos, programado para después de la 1.

Aunque faltaba mucho, lo que era una certeza desde temprano era que Abel lo consiguió de nuevo, en su primer gran festival cordobés de 2016.