Lunes 25 de Noviembre de 2024

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Liliana Herrero presentó su disco "IMPOSIBLE" en el Ópera

Camino a las tres décadas de actividad discográfica, Liliana Herrero celebró en la noche del jueves su primera velada en el emblemático teatro, donde presentó su reciente álbum, el más folclórico de su trayectoria.

Con esas músicas y sus miradas como patrimonio innegociable de Herrero y su público, la intérprete festejó a lo grande su demorado arribo a uno de los epicentros de la escena local

Apoyada por un cuarteto excepcional que la secunda en esta aventura estética, la intérprete subrayó varias veces el logro de haber arribado al Ópera –que lució prácticamente completo- y más locuaz que en otras oportunidades hizo gala del carácter político de su propuesta.

A las 20.45, vestida de negro y con una enorme flor roja a la altura del corazón, la artista nacida hace 68 años en Villaguay (Entre Ríos) pisó el escenario y se preguntó “¿Un Ópera?”, para responderse “a la vejez viruela” y recibir las primeras ovaciones de un emotivo encuentro.

“Con estas músicas que portan una memoria, que son piedras preciosas de la cultura popular, estamos en el Ópera, en el centro de esta puta ciudad, como dijo Fito Páez”, postuló enseguida.

Ante una platea con la presencia de varios ex funcionarios como Martín Sabbatella (en la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual), Mariano Recalde (en Aerolíneas Argentinas), Teresa Parodi (en el Ministerio de Cultura) y su esposo Horacio González (en la Biblioteca Nacional), a quienes nombró y saludó a lo largo del concierto, Herrero agitó a una audiencia que, en su inmensa mayoría, respondió varias veces cantando “vamos a volver”.

El sesgo partidario que dominó las alocuciones de la vocalista (citando también a Milagro Sala, Horacio Verbitsky, María Pía López y Gabriela Cerruti, entre otros), dejó afuera de la complicidad a quienes no comparten esas mismas simpatías y resultó más un estorbo que un aporte en torno al comprometido y honesto repertorio que Herrero sostiene, trabaja e ilumina con personalidad y talento.

Es que el cancionero sobre el que Liliana ha tallado un sonido que invita a revisitarlo en sus significados y significantes, constituye de por sí una obra con una tremenda carga política que ningún sector o agrupación puede asumir con tal rigor y estatura.

“Con los músicos, mis compañeros, tenemos una conversación maravillosa e infinita con otros autores y poetas. Y si podemos dialogar, podemos pensar la patria. Eso hago yo, creo”, comentó Herrero en una acertada síntesis de la fecunda labor que asume junto a grandes instrumentistas.

La musicalidad del guitarrista Pedro Rossi, los climas que laten en los parches, platos y objetos que pulsa Mario Gusso, la inspirada solidez del contrabajo de Ariel Naón y las pinceladas de vientos diversos aportadas por Martín Pantyrer, son parte esencial de un viaje en el que “Imposible” supone un nuevo mojón.

La vidala que da título al trabajo inauguró un recital musicalmente impecable donde el clima más intimista y nocturno del registro, entregó una versión que no por más abrasadora y visceral, perdió el rumbo trazado.

Otras citas al disco en cuestión (como la magnífica “Lavanderas de río chico” y la poética “Villaguay, vidalita de la vuelta”), dieron paso a dos evocaciones de alto impacto en “Cosechero” y “El tiempo está después”, donde Herrero ratificó el apego por la relectura, inclusive, de su propia producción sonora.

El regreso a “Imposible” fue con “Chaya de la albahaca” a percusión y voz sobre arreglos de Gusso, incluyó dos visitas a “La catamarqueña” y un sobrecogedor pasaje yupanquiano con “Luna tucumana” y “Chacarera de las piedras”, este último con el único acompañamiento de la mágica guitarra de Rossi.

Otras evocaciones (a “Las golondrinas”, “Algarrobo, algarrobal”, “Juan del monte”, “Casamiento de negros” y esa suerte de himno del “herrerismo” que es “Confesión del viento”) convivieron con el estupendo “Tiempo del río largo” y con la bella zamba
“Carita morena”, ambos de la placa que motivó el show.

Con el escenario a oscuras y una linterna en manos de Herrero, se oyeron palabras de Rodolfo Walsh de su investigación “Operación Masacre” para tributar a los cinco mártires de la denominada masacre de José León Suárez, a 60 años del levantamiento contra la dictadura de Pedro Eugenio Aramburu.

A modo de bises, hubo espacio para la emotividad de “A San Javier” (“que cantaba en los 60”, evocó Liliana, con lágrimas en los ojos y antes de tenderle sus manos a González, ubicado en la segunda fila de la platea) y “Bagualerita”, canción que Luis Alberto Spinetta le regaló
.(Fuente:Telam)

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