Es muy importante no ignorar las señales porque una cistitis puede ser la consecuencia de alguna enfermedad de mayor gravedad. Prestar atención y ante la más mínima señal, acudir al veterinario para empezar el tratamiento adecuado y evitar que la salud empeore o se agrave.

La cistitis canina, al igual que la que padecen los seres humanos, es una inflamación de la vejiga . Aunque suele asociarse este problema con la infeccion de orina, no son sinónimos. La realidad es que una infección es una de las causas más comunes que provoca la cistitis en perros; este tipo de enfermedad puede ser aguda o crónica y puede afectar a perros de cualquier edad, tanto jóvenes como mayores.

Los riñones producen orina que se almacena en la vejiga para después ser expulsada a través de la uretra. Cuando las paredes del riñón se inflaman, la vejiga tiene menos capacidad para almacenar la orina y esta falta de espacio, provocará que el perro orine con más frecuencia. Este es uno de los síntomas más importantes y visibles.

Otro de los síntomas es la presencia de sangre en la orina; en este caso, es necesario acudir inmediatamente al veterinario.

Aparte de los síntomas mencionados, también hay otros indicios que pueden ser señal de que un perro padece cistitis. El aumento de las ganas de orinar trae como consecuencia una mayor hiperactividad. Un síntoma habitual en casos de cistitis es un aumento del esfuerzo para poder orinar y sentir cierta comodidad.


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