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14/04/2025

Más allá de “la pichula”: qué dice “Los vientos”, el cuento que Infobae publicó como un ebook gratuito

Fuente: telam

El relato parecía adelantar, en duros términos, la separación entre el autor e Isabel Preysler. Pero era mucho más que eso: con valentía, el Premio Nobel describía la vejez y criticaba el presente

>Cuando, en 2022, Mario Vargas Llosa se separó de la mediática Isabel Preysler muchos volvieron sobre un cuento que había publicado dos años antes online. Con palabras durísimas, el Nobel peruano parecía haber anticipado el fin de esa pasión. “Fue un enamoramiento de la pichula, no del corazón”, decía ahí. Y también: “Ya me olvidé del nombre de aquella mujer por la que abandoné a Carmencita; volverá a mi memoria, sin duda, aunque, si no volviera, tampoco me importaría. Nunca la quise.”

Leamos, la editorial digital de Infobae, decidió publicar ese cuento, darle formato de libro electrónico y ponerlo a disposición de los lectores, dentro de su colecciónPor supuesto el autor -que murió este domingo en Lima, negó que el relato tuviera que ver con Preysler: “Nunca jamás en la vida se me hubiera ocurrido ridiculizar a Isabel. En esa época yo me llevaba muy bien con ella”, dijo a los medios. Pero habia motivos para creer que eso podía haber pasado. Después de todo, una de las grandes novelas de Vargas Llosa, La tía Julia y el escribidor -una verdadera clase de escritura- tiene que ver con su primer matrimonio: a los 19 años Mario Vargas Llosa -en la novela, “Marito”- se enamoró de su tía Julia Urquidi y se casó con ella.

Cuanto más maltrecho el personaje, cuanto más físicamente degradado, cuanto más al borde de la extinción, más fuerza cobran sus palabras. Porque  Los vientos es una crítica despiadada del mundo contemporáneo. Ocurre en un futuro próximo pero apunta a tendencias que ya aparecen. A la vez, es la manera en que se ve el mundo a medida que pasan los años: diferente, ajeno y, en tanto ajeno, incómodo. Y peor. No fue Vargas Llosa quien inventó lo de “todo tiempo pasado fue mejor”, algo que no es ni verdadero ni falso de manera general, pero sí un efecto de la edad.

Ese hombre al borde del mundo lanza, con Los vientos, una invectiva, ese género definido como un “ataque violento” y que tan bien cultivaron autores como Louis-Ferdinand Céline y Fernando Vallejo. Una invectiva contra los tiempos que corren y que da cuenta de la cercanía del propio final.

En ese mundo se acaban los cines y ya no hay librerías, aunque no se ha acabado la escritura: los textos están digitalizados. El hombre no se queja de la digitalización pero sí de la Inteligencia Artificial: “Quién iba a tomar en serio una novela fabricada por un ordenador de acuerdo a las instrucciones del cliente: ‘Quiero una historia que ocurra en el siglo XIX, con duelos, amores trágicos, bastante sexo, un enano, una perrita King Charles Cavalier y un cura pederasta’. Como quien encarga una hamburguesa o un perrito caliente, con mostaza y mucha salsa de tomate”. El arte contemporáneo también cae en la volteada: “Las llamadas galerías de arte, en cambio, me parecen unos cirquitos fracasados en la gran mayoría de los casos. O teatros de unas mojigangas ridículas. En la última que visité, hace unos meses (¿o años?), la Malborough, de Madrid, exhibía bajo el título “Arte para la fantasía y la imaginación” unas pinturas inmateriales del famoso Emil Boshinsky. Por lo pronto, no sé por qué es tan famoso ese estafador”, dice.

El peruano señala que los jóvenes no tienen sexo, se extraña de que no coman carne, reconoce algunos avances científicos. Pero apunta -es Vargas Llosa- a la política. Y es agudo: “El ‘franquismo’ actual es de otra índole: sin caudillos ni partidos extremistas, sin fusilamientos ni torturas, todo muy científico, apoyado en la física y las matemáticas, y, sobre todo, en el dominio absoluto de las pantallas y las imágenes sobre la razón y las ideas”.

Fuente: telam

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