Los reclamos por la decisión del presidente de la Nación, Javier Milei, de limitar las potestades que tiene el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) para establecer regulaciones en esa economía regional, como laudar en la fijación del precio de la hoja o limitar la cantidad de hectáreas que se pueden sembrar, se profundizaron en las últimas horas.

Este miércoles, comenzaron en el Congreso las reuniones encabezadas por referentes de los productores y cooperativas que forman parte del INYM, para convencer a los legisladores de que la “desregulación” en la yerba mate, establecida en el mega decreto de necesidad y urgencia, no es un camino positivo.

Pero antes de eso, en Misiones, la región yerbatera por excelencia en el país, hay un estado de alerta por la situación, y esta misma semana siete asociaciones de productores instalaron un tractor en la plaza 9 de Julio, en Posadas, como símbolo en defensa de la plena vigencia de la Ley 25.564 de creación del INYM.

“El tractor yerbatero” fue estacionado en el mismo lugar que dio origen a la Institución en los años 2001 y 2002. En ese momento miles de trabajadores provenientes de distintos lugares de Misiones confluyeron con sus manifestaciones y tractores en el lugar, lo que se conoció como “el Tractorazo”.

Este lunes el rodado permaneció por varias horas, hasta que fue retirado y resguardado, a la espera de una próxima puesta en escena, en tiempo y lugar a determinar.

EN DEFENSA DEL INSTITUTO DE LA YERBA MATE

Desde el Centro Agrario Yerbatero Argentino (CAYA) le pusieron cifras al empleo que garantiza el funcionamiento del INYM: unos 12 mil productores y más de 14 mil trabajadores rurales.

Además existe un sistema cooperativo que está configurado por 49 cooperativas, más unos 200 secaderos en toda la región.

En tanto, “la presencia de un tractor en la plaza 9 de Julio después de 22 años es todo un mensaje. Tuvimos 22 años funcionando el INYM y en un mes lo destruye el poder político, entonces nuevamente los productores estamos batallando contra un poder político que está en connivencia con el poder económico”, acusó Hugo Sand, de la Asociación de Productores Agropecuarios de Misiones (APAM).

Y sumó: “Esto está manejado por los grandes empresarios yerbateros que quieren quedarse con la materia prima regalada, como ocurrió en la década del 90, y no solamente vienen por la materia prima, vienen por la tierra”.

En la misma línea Antonio Franza, de la Asociación de los Yerbateros del Alto Uruguay, fue enfático al afirmar: “No queremos que vuelvan las políticas de los 90’ porque la yerba valió tan poco que no valía la pena cosechar; en un momento llegó a valer 2 centavos el kilo de hoja verde”.

“Ya tuvimos la experiencia de desregulación de precios y no queremos que vuelva esa política. Queremos que el INYM sea el ente regulador de la actividad yerbatera para cuidar al pequeño y mediano productor y a toda la cadena productiva”, pidió.

Para Julio Petterson, el INYM “es una herramienta de justicia para el sector, donde conviven tareferos, productores, cooperativas, secaderos, e industrias, una herramienta que brindan condiciones de equilibrio, de igualdad, de crecimiento y desarrollo para todos los eslabones de la yerba mate”.

“Hoy, con lo dictaminado por el DNU, se beneficia a un solo sector, es decir se imparte injusticia. Nosotros reivindicamos la Ley 25.564 en su origen, sin modificarse y en beneficio de todos los eslabones de la cadena yerbatera, que además es en beneficio de toda la región ya que cuando ‘anda’ la yerba, todo funciona”, cerró.

TAMBIÉN LA MESA AGROALIMENTARIA

pOR ÚLTIMO, la Mesa Agroalimentaria Argentina también se sumó al rechazo.

En un comunicado difundido a través de las redes sociales, consideró entre otras cosas que el INYM “debe continuar tal como fue creado en el año 2002”, porque “en sus 20 años de actividad contribuyó a la mejora de todo el sector yerbatero, posicionando a la Argentina como el mayor productor de yerba mate del mundo”.