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SOCIEDAD

Padres que no envían a sus hijos a clases consideran "perversa" la decisión del Gobierno porteño

Testimonios de quienes tienen hijos en escuelas de la ciudad de Buenos Aires y cuestionan la decisión del Ejecutivo local de no acatar el DNU, lo que impide a los niños de nivel primario continuar sus clases virtuales, con amenaza, en algunos casos, de que pierdan la vacante por inasistencia.

Padres de alumnos de escuelas porteñas que decidieron no enviar a sus hijos a los colegios a partir del DNU del gobierno nacional para evitar los contagios por coronavirus en el marco de la segunda ola de pandemia, consideraron "perversa" la decisión del Gobierno porteño de no acatar esa medida, lo que impide a los niños de nivel primario continuar sus clases a través de la virtualidad, con amenaza, en algunos casos, de que pierdan la vacante por inasistencia.
El DNU 241/2021, que suspendió las clases presenciales hasta el 21 de mayo, entró en vigencia el 16 de abril, debido a la "gravedad epidemiológica" en el AMBA y en otras provincias pero el Gobierno porteño decidió no acatar la medida y continuar con la presencialidad.

Ante esta situación, los docentes porteños agrupados en la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE), Ademys y la Unión de Docentes Argentinos (UDA) iniciaron medidas de fuerza que se extendieron durante 13 jornadas, debido a la muerte de 12 docentes desde el inicio de la presencialidad en febrero pasado.
  Temor a los contagios y actividades por mail
Por temor a nuevos contagios y ante la gravedad del panorama provocado por la pandemia muchos padres decidieron no enviar a sus hijos a clases, como Micaela López Rodríguez, que es profesora de Inglés de nivel medio en la provincia de Buenos Aires, tiene 35 años y vive en Colegiales, y es madre de León, de seis años, que este año empezó primer grado en la escuela Nº 5 del DE Nº 9.

"Soy el único sostén de mi hijo, soy mamá soltera y nosotros vivimos con mi papá que es una persona de riesgo por su edad. Entonces si ya estaba bastante preocupada por tener que llevar al nene todos los días a la escuela, me preocupé más cuando sale el DNU y el Gobierno de la Ciudad me siguió obligando a llevar a mi hijo", dijo la mujer, integrante del colectivo "La vacante es un derecho".
 

"A todas nos empezaba a pesar la situación, no podés estar tres semanas dándole clase vos a tu hijo con fotocopias sin que nadie te mire el cuaderno"”


La madre relató que cuando sale el DNU de Nación y no es acatado por el gobierno porteño mandó a su hijo a la escuela, "pero solo había cuatro niños", incluido, el de ella. A partir de esa situación decidió no llevarlo más y la docente "por voluntad personal armó unos sobres con actividades", contó.

A los pocos días, la escuela le solicitó a los padres que envíen una nota diciendo formalmente que elegían no enviar a sus hijos a la escuela por el DNU vigente y así lo hizo, mientras la docente continuaba enviando actividades por mail.

"Pero ¿qué pasó? Pasaron dos semanas y empezamos la tercera y no había una respuesta y se estiró este sostener las clases a la noche con un mail por voluntad de la docente. Entonces, obviamente muchas mamás, de las 27 que somos, divididas en dos burbujas, los empezaron a volver a mandar", dijo López Rodríguez.

"A todas nos empezaba a pesar la situación, no podés estar tres semanas dándole clase vos a tu hijo con fotocopias sin que nadie te mire el cuaderno. Nuestros hijos están en primer grado, están aprendiendo a leer, a sumar, a restar, a escribir", señaló desesperada la mujer.
 

"Estoy enojada con el sistema público de CABA, que nos está invisibilizando, que no está viendo que hay familias que respetamos el DNU"”


López Rodríguez consideró que "el Ministerio de Educación debe elaborar un plan de trabajo de sostenimiento pedagógico para los que no estamos yendo", al considerar que "el discurso es si no hay presencialidad no hay nada. Y de última, los grises los resuelve cada uno como puede: cada docente, cada padre, cada cooperadora, cada directora, y eso es lo perverso".

"Estoy enojada con el sistema público de CABA, que nos está invisibilizando, que no está viendo que hay familias que respetamos el DNU y por eso no mandamos a nuestros pibes. Ellos también tienen derecho a que sus trayectorias educativas se sostengan", aseveró.

Esta situación se da en una de las jurisdicciones que menos porcentaje de docentes vacunó, con un 14%, después de Tierra del Fuego, según dijo el ministro de Educación, Nicolás Trotta, en una entrevista, a fines de abril.

Este viernes, el ministro de Salud porteño, Fernán Quirós, anunció que la campaña de vacunación continuará con el empadronamiento, a partir de la semana próxima, de las personas de 55 a 59 años que integran el personal estratégico, como docentes, fuerzas de seguridad y trabajadores territoriales, y quienes tengan una enfermedad preexistente.
  Denuncia
Daniela Ferioli, de 36 años, tiene un emprendimiento de juegos de madera y vive en Parque Chacabuco con su pareja y sus dos hijas, Juana de 15 años, y Emma, de 10, que asisten a escuelas públicas.

Su hija Emma asiste a la escuela Luis Bernardelli N° 17, del DE 8, donde no le garantizan clases virtuales y fue a la justicia porque la escuela les informaba que no podían continuar con las clases virtuales.

"Decidimos hacer una denuncia ante el Ministerio Público Fiscal y descubrimos que había padres y madres de muchos distritos en la misma situación", dijo la mujer a Télam.
 

"Decidimos hacer una denuncia ante el Ministerio Público Fiscal y descubrimos que había padres y madresen la misma situación"”


El reclamo es "hacia el Gobierno de la Ciudad, al que pedimos la igualdad educativa, que se brinden dispositivos, conectividad", sostuvo Ferioli, quien señaló que "lo que los padres sentimos es que la burbuja no existe".

"Nosotros presentamos el escrito el viernes y en los próximos 10 días nos deberían responder. Todos queremos que los chicos estén en la escuela, no es lo mismo la virtualidad que la presencialidad, pero estamos en una situación sanitaria que no está para exponerse".
  Vacantes
Paula Sirolli, vive en Caballito, es docente de nivel inicial y primaria en Ciudad de Buenos Aires y madre de tres hijos: Sol de 9 años que asiste a la escuela 4 del DE 8; un varón de 13 que asiste al Mariano Acosta y Valentina, de 2.

"Desde que salió el DNU nuestra decisión como familia fue no mandar más a la escuela a Sol, y enviamos un mail informando de esta situación y nos respondieron que ellos no contaban con recursos humanos para poder garantizar la educación virtual. Unos días después "pudieron organizarse para que las maestras suban tareas al blog, pero desde el DNU hasta el día de hoy está sin encuentros sincrónicos y sin clases", relató.

Sirolli dijo que la burbuja de su hija "se cerró dos veces en lo que va del año y ya tuvo compañeros contagiados de su edad y además se enfermó la maestra".

"Los chicos exceptuados 'legalmente' tienen que presentar un certificado médico por tener factores de riesgo o que avale que conviven con una persona de riesgo. Si estás exceptuado podés entrar en el plan de virtualidad, pero no es el caso de los que elegimos no mandar a nuestros hijos e hijas, y así quedamos desamparados", precisó.

La mujer relató que en la escuela de su hija de 9 años "el director aclaró a principio de año que nadie va a perder la vacante, pero sí se de otras escuelas donde los directivos dicen que tienen que asistir, que se toma lista y que el registro es un documento público que no se puede fraguar".

"Hoy justo me llegó un mail del jardín preguntándome por las ausencias de mi hija más chica de dos años, Valentina. La verdad es que ella estuvo yendo, un día fue, tosió y cerraron la burbuja. Una vez que descartamos que fuera Covid siguió con tos y en el transcurso de estos días no la mandé", dijo.

"En esta institución al principio apretaron con las vacantes, pero les dejé claro desde el primer momento que tengo tres hijos y que no me apuren, que de ninguna manera mi intención es renunciar a la vacante de mi hija, y ahí bajaron un cambio", señaló.

"No hay personal para sostener la educación"

Una madre, cuyo hijo dejó de ir a sala de cuatro años luego del DNU que suspendió las clases presenciales por 20 días ante la pandemia de coronavirus, consideró que en la Ciudad de Buenos Aires "no hay personal para sostener la modalidad virtual y presencial", lo que impide la continuidad educativa en casos como los de su hijo, que tiene problemas de salud.

Se trata de Tatiana Mungo, de 31 años, y madre de Félix, de 4, con antecedentes de broncoespasmo y pulmonía, quien asiste al jardín N°3 DE 11 Teresa de Calcuta, del barrio de Flores.

Cuando salió el DNU resolvieron no mandar a su hijo al jardín debido al ascenso de casos, dijo la mujer en diálogo con Télam.

"Lo consulté con su pediatra para ver si nos podía dar un certificado, porque yo la vacante no la puedo perder y la pediatra nos recomendó no asistir más y nos dio un certificado por tres meses para que él pasara a educación virtual".

"No hubo problemas, pero desde ese día no recibimos nada de la escuela, ni una propuesta, ni un llamado, nada", sostuvo Mungo.

"Lo único que recibimos es un llamado de una compañerita del jardín que le dijo a Félix que lo extrañaba", afirmó.

"No quiero hacer foco contra las escuelas porque para mí la problemática pasa por otro lado: no hay personal para sostener la educación de manera presencial y a distancia, pero nos quedamos sin recibir nada", aseveró.

Mungo es además docente de nivel inicial, y trabaja en un jardín maternal en el área socioeducativa que pertenece al Ministerio de Educación, al que debe asistir presencialmente.

"En un maternal obviamente les niñes no usan barbijo, chupan todo y es un lugar donde se exponen mucho al contagio", dijo la mujer para graficar a qué está expuesta con sus condiciones de trabajo.

Además, señaló que este año cuando en su escuela se quedaron sin alcohol para desinfectar y poder trabajar bajo los protocolos, le reclamaron al Ministerio de Educación y les contestaron: “Usan un montón de alcohol”. Finalmente, la escuela compró el alcohol, pero en 20 días el ministerio no lo mandó", dijo.

 

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