CAMPO
CRA se sumó al alerta por la crisis ganadera: “En 2023 podría haber escasez en la oferta”
La entidad remarcó que más allá de la baja en los precios de la hacienda, el consumo en las carnicerías no repuntó. También criticaron las políticas oficiales para el sector
“Este combo de bajos precios internacionales, sumado al escaso poder de compra por bajos salarios y alta inflación; y la sequía pueden terminar con el precio del gordo y provocar el lógico reordenamiento de precio, cuando este se retrasa y la oferta disminuye”, señalaron desde la entidad presidida por Jorge Chemes.
En el primer semestre del año, el precio de novillitos y vaquillonas de consumo evolucionó en los remates ganaderos, pero luego ingresó en una meseta de la cual todavía no pudo salir.
“La hacienda en pie retrotrajo sus precios nominales que descendieron con respecto a la inflación”, destacaron.
En este contexto, sostuvieron que la producción ganadera también se vio afectada por un enfriamiento de la economía de los principales países compradores y por el deterioro de las variables internas, como inflación, tipo de cambio y tasa de interés. También señalaron que las intervenciones del Gobierno –como la restricción a las exportaciones de vaca- distorsionaron el mercado.
POR DEBAJO DE LA INFLACIÓN
“El precio de la carne ha quedado por debajo de la inflación anual y el precio que recibe el productor está visiblemente atrasado”, explicaron. El precio de la hacienda no para de caer y solo en noviembre perdió un 3,7%.
Este escenario no se refleja en los mostradores de las carnicerías, con valores que se mantienen estables o registraron leves incrementos, que no superaron el 1,5% mensual.
“Es bueno resaltar que, en el marco de un ritmo inflacionario de nuestra economía cercano al 100 % anual, la carne vacuna ha aumentado alrededor de un 42% entre diciembre de 2022 y el mismo mes del 2021”, calcularon.
La entidad criticó la decisión oficial de frenar la exportación de cortes de vaca y sostuvo que no dio los reusltados esperados. “En este contexto inflacionario y a pesar del estancamiento de su precio, el consumo de carne sigue cayendo”, destacaron. Y agregaron: “El problema era y es la pérdida del poder adquisitivo de nuestra moneda, el productor no es formador de precio”
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