Lunes 25 de Noviembre de 2024

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NOTICIAS DEL FOLKLORE

Victoria Birchner: la cantante que quería ser como La Sole y hoy se hace lugar en el folclore con voz propia

Estrena su segundo álbum, Que suene a Victoria, y dice que la canción “siempre es urgente”. Lo presenta con su pareja, Franco Luciani, y Teresa Parodi como invitados.

Cuenta la historia que Victoria Birchner es cantante desde que era muy pequeña, cuando una breve manta era el escenario sobre el que alimentaba su sueño en su Rafaela natal. Y si había alguna duda, en esa niña, de cuál sería su destino, todo quedó claro en el mismo instante en el que Soledad Pastorutti irrumpio en la escena para darle una nueva impronta al folclore argentino.

"Cuando apareció -según lo cuenta mi mamá, porque yo era muy chica-, ella también era una nena, cantaba... La Sole era todo lo que yo quería ser. ¿Cómo no me iba a representar?", cuenta, se pregunta y responde Birchner en la paz que el Jardín Botánico porteño consigue imponer en medio del caos urbano nuestro de cada día.

De algún modo, el camino estaba trazado. "Mis viejos me llevaban a verla, me compraban los casetes...", sigue Victoria, mientras en el cochecito Arandú dormita por un rato bajo el cuidado del notable armonicista Franco Luciano, su pareja y padre del bebe, que en este inicio de septiembre se encamina a cumplir sus primeros seis meses.

Victoria Birchner y Franco Luciani, una historia de amor y música compartidos. Foto Martín Bonetto

Victoria Birchner y Franco Luciani, una historia de amor y música compartidos. Foto Martín Bonetto

La vida, una película llena de música

Como si se tratara de una película veloz, la cantante recuerda su paso por la Escuela de Música Popular de su ciudad, donde comenzó a ampliar su panorama musical, sus intentos con el tango, su perfeccionamiento de técnica vocal en la Universidad de Rosario, y el día en el que su tío Efraín le regaló dos discos de Jorge Fandermole -Pequeños mundos y Navega- que torcieron su rumbo estético.

"En ese momento cambió totalmente mi búsqueda, con todo lo que traía y que nunca más dejé. Ahí empecé a escuchar más a la trova, algo de tango, empecé a conocer...", dice Victoria, cuya voz exhibe un caudal que administra con notable sensibilidad y criterio estético.

Pero esa película también incluye sus primeras presentaciones, en la escuela primero y en su ciudad después; la publicación de su primer álbum, Memoria del viento, y finalmente el bastante reciente Que suene a Victoria, parido durante la pandemia, que presentará en sociedad este próximo viernes 13 de septiembre, en Rondeman Abasto (Lavalle 3177).

Que suene a Victoria, un hijo de la pandemia

"Lo empecé a grabar cuando me mudé a Buenos Aires, hace algo más de dos años, con Julieta Lizzoli en el piano, con la idea de tener algunas canciones para mostrar, para poder tocar acá. Pero el proyecto fue creciendo; se sumó Mariano Risso en la percusión, de repente estábamos grabando con Teresa Parodi y con Cecilia Todd, y ahí fui pensando que tenía que ser un disco", resume Birchner.

En ese paso del plan inicial a Que suene a Victoria mucho tuvo que ver el aporte de Lizzoli, a quien tanto Victoria como Franco elogian sin condiciones. "Además, tiene algo que a mí me gusta mucho, que es que le da especial importancia a la poesía, a la letra, y que a medida que le paso ideas se va anotando todo lo que necesito decir y cómo necesito hacerlo, para luego pasarlo al piano", explica.

-Desde su inicio, con La canción es urgente, el álbum, que incluye temas como Si se calla el cantor y Para cantar he nacido, le otorga a la obra musical una enorme responsabilidad más allá del entretenimiento. ¿Cuál es objetivo de 'la' canción, para vos?

-No sé si la palabra adecuada es "lucha", pero la canción sí es una forma de sumarse a diferentes movimientos. Podemos manifestarnos y reclamar y dar a conocer nuestros pensamientos y nuestra ideología en una marcha, pero también a través de las canciones, que para mí tienen esa fuerza.

Y eso es lo que siento que tengo que hacer. No porque alguien me lo diga, sino porque lo siento así. 

 

"Que suene a Victoria" nació de un proyecto que fue creciendo con el paso del tiempo. Foto Martín Bonetto

-Pero muchas veces, el sentido que quien la escucha le da a una canción puede ser el opuesto al que uno le intenta dar al grabarla. 

-Es verdad; pero eso puede pasar con la canción suelta de cualquier autor. Pero si vamos a un repertorio completo, si vamos al artista, al momento en que se compuso, y se analiza el contexto, qué es, qué piensa, qué otras cosas hizo, ahí terminamos de entenderla.

Pienso mucho en mi infancia, en cómo a la distancia entiendo que me sentí representada por Soledad... Y me parece importante que todos y todas se puedan sentir representados. Pero ahora me gusta cantar cosas que me representan a mí y que siento que tengo que cantar en este momento.

Por ejemplo, en el disco está La resentida, que es una zamba, que escribió Julia Ferro en los años '30, para otra mujer. Entonces traerla al hoy desde aquella época, me parece interesante.

-¿Por qué?

-Porque por un lado representamos esto que hoy todavía está en lucha, que es el respeto por la diversidad; y por otro corroboramos que el amor en todas sus formas viene desde siempre. Desde ese lado me gusta elegir las canciones.

Por eso, La canción es urgente, que es de Teresa (Parodi), para mí resume un poco el papel de la canción, que invita a cantar desde lo colectivo. Y para mí, la canción es urgente siempre, porque siempre hay cosas para decir y siempre hay sectores que necesitan que se alce la voz, no de a uno sino desde lo colectivo.

"La canción es urgente siempre, porque siempre hay cosas para decir y siempre hay sectores que necesitan que se alce la voz, no de a uno sino desde lo colectivo."

-¿Cómo se hace para que esas canciones sean populares, en el sentido de que lleguen a esa gente que está represada por esas canciones?

-Eso es lo que yo me pregunto. Ese es un anhelo muy grande que tengo. Así como La Sole tuvo esa popularidad y llegó a una generación como la mía, que es también la suya, mi deseo es que vuelva a estar nuestra música sonando.

-Pero en ese caso, tal vez apuntaba más al entretenimiento.

-Puede ser, pero a la vez también estaba De mi madre, que no tiene una temática social colectiva pero es muy profunda. Por ahí pasaba desapercibido, por la forma en la que se llevaba a cabo, pero estaba sonando. Ahora no.

Yo me lo cuestiono; son cosas que me pregunto, cómo hacer para que suene en tal y tal otro lugar... La respuesta no la tengo. Pero es un deseo muy grande y haré lo posible desde mi lugar. Es una empresa para llevar adelante; depende de los medios, de muchas otras cosas y va más allá de la calidad de la másica. Para mí, lo mas importante es seguir respetándome y hacer lo que necesito hacer.

Una nueva identidad

-¿De qué origen es tu apellido?

-Alemán.

-La canción es urgente está prologada por unos versos en los que Teresa dice: "Somos los que caminan memoriosos, desde el fondo profundo de la América". ¿Desde dónde nos podemos apropiar de ese discurso qué quienes tenemos nuestros orígenes en lugares tan distantes de este continente como Alemania, Italia o Ucrania?

-Si pienso en mi apellido, sí, es alemán. Pero no es algo que haya sabido hasta que fui grande, y nunca supe nada de lo alemán. No conocía nada de otra cultura más que de la nuestra. En Rafaela hay una comunidad muy grande suizo-alemana y se hacen sus festividades tradicionales.

Pero yo me crié mucho más cercana a nuestro folclore, desde la infancia. Mis padres escuchaban música argentina, seguían mucho el Festival de Cosquín... Y de repente, lo de Soledad catando ahí cerró el círculo.

A pesar de su ascendente alemán, que se refleja en su apellido, Birchner cuenta que siempre estuvo más cerca del folclore argentino. Foto Martín Bonetto

A pesar de su ascendente alemán, que se refleja en su apellido, Birchner cuenta que siempre estuvo más cerca del folclore argentino. Foto Martín Bonetto

Una historia de amor que nació en Facebook

-¿Cómo lo conociste a Franco (Luciani)?

-A Franco lo conocí como músico cuando tenía 15 años. Mi abuelo me compró una entrada para ir a verlo. Me lo avisó en la vereda de mi casa. "Esta noche vamos a ir con la abuela a ver un armonicista, y ya te sacamos la entrada". Lo primero que pensé fue: "Qué aburrido va a ser esto".

Pero verlo tocar fue revelador. Después lo seguí escuchando. Y mucho más adelante, nos conocimos por Facebook. No es muy romántico... No sé si da como título. Yo tiré la solicitud y el habló. Yo ya venía por ese lado musical. Siempre estuve muy acompañada por maestros que me han guiado en el camino sin decir qué tenía que hacer.

Finalmente, nos unimos cuando yo estaba por grabar mi primer disco. Y desde entonces empezamos a compartir la música, y ahora es lo cotidiano. Lo que escuchamos, los que hacemos... Nos consultamos...

 

Victoria Birchner y Franco Luciani se conocieron por Facebook; ella dice que haberlo visto tocar por primera vez fue "revelador". Foto Martín Bonetto

-¿Ese día a día no provoca una pérdida de esa fascinación, cuando comienzan a aparecer temas como la necesidad de ir a comprar la leche, pagar una cuenta o cosas por el estilo?

-Creo que es tan parte de lo cotidiano, que fue cambiando nuestra relación en cuanto a lo musical. Pero es más por el lado de estar lavando los platos y proponernos escuchar un tema, o consultarnos algo mientras ponemos la mesa. La vida transcurre entre la música, y ahora entre pañales.

Luciani: Lo rutinario pasa en todos lados: en la pareja y en lo profesional. Iba a decir que también es un desafío ir en contra de eso, pero también hay algo que está implícito. Compartimos muchos gustos y miradas similares. Y es cierto que hablamos la vida en torno a eso.

Ahora gira en torno a él (señala a Arandú) pero siempre va a girar en torno a la música. Desde lo filosófico, desde cómo pensar qué es la música, cómo se enseña, qué es la cultura. Esas cosas las discutimos y compartimos mucho. Lo charlamos siempre. Y se ve que ahora tenemos más tiempo para hacerlo, en la cuarentena.

Pero nuestra vida siempre va a estar atravesada por la música. Arandú puede ser lo que quiera: abogado, arquitecto o músico. Pero para nosotros, si eso era familiar, ahora va a serlo más que nunca.

“Yo me pregunto: ¿Cuándo es el tiempo de traer un hijo al mundo? O mejor dicho: ¿Cuándo no es el tiempo para hacerlo?”

Franco Luciani

Un embarazo en cuarentena

-Arandú fue gestado en cuarentena...

Luciani: Esto viene para largo, nos dijimos… ¡Jajaja!

-Uno podría pensar que este marco hace tan incierto el futuro, que tomar una decisión de semejante calibre se hace más difícil que en "tiempos normales".

Luciani: Bueno, yo tengo amigos que tienen ese pensamiento. Lo hemos hablado; como que no es tiempo para traer un hijo al mundo. Yo me pregunto: ¿Cuándo es el tiempo de traer un hijo al mundo? O mejor dicho: ¿Cuándo no es el tiempo para hacerlo?

Después, el que no quiera hacerlo, está perfecto; pero qué mundo no ha tenido algún suceso. Nuestros abuelos, hijos de la Primera Guerra Mundial. Esto es realmente muy particular. Es historia pura que vamos a tener para contar, pero justamente lo que no tiene que hacer es frenar la rueda. Tampoco es que lo hayamos pensado así. Simplemente nos encontramos con la felicidad.

-¿Les dio o les da miedo la situación? 

-Al principio no, porque no sabíamos tanto iba a durar. Nos enteramos del embarazo en julio. No había pasado tanto tiempo. Después seguía la cuarentena, crecían los casos…

 

"¿Cuándo no es el tiempo para hacerlo?", pregunta Franco Luciani, y la respuesta cae de maduro. Foto Martín Bonetto

-Y seguía el embarazo…

-Sí; y no es lo mismo estar encerrado uno o dos meses que ocho o nueve. Nos cuidamos muchísimo. Yo tengo una familia muy grande, tengo a mis abuelos, a mis bisabuelos, con los que no nos podíamos ver. Por un lado, la noticia y los preparativos eran muy lindos; por otro, era muy duro.

-¿Grabaste algunas canciones ya embarazada?

-Sí. La última que grabé fue durante la etapa final del embarazo. Fue Canción de Puna para mi Juli. Fue muy fuerte, porque fue una experiencia diferente. Ya estaba más sensible; la grabé con el aire que me dejaba la panza. Este disco está atravesado por un montón de cosas; entre ellas, el embarazo.

Un nombre propio para hacer respetar

-¿Cómo se hace para tener al lado al Messi de la armónica y no tentarse con hacerlo tocar en todos los temas? ¿Cómo se maneja esa relación entre lo personal y lo profesional?

Luciani: Yo participé en este disco y también el el anterior. Muchas veces nos invitamos en conciertos y lo vamos a seguir haciendo porque a mí me encanta como canta Victoria, y la energía es especial. Me parece que es magnífico. Y yo tengo una gran cantidad de colaboraciones por fuera de mi carrera solista.

Esas cosas hay que pensarlas poco. Uno es profesional y sabe cuando está fuera de la raya. Pero puedo decir que nos disfrutamos de muchas maneras, y una de ellas es la musical.

Victoria admite que en algún momento renegó del peso del nombre de Franco, pero asegura que es una etapa superada. Foto Martín Bonetto

Victoria admite que en algún momento renegó del peso del nombre de Franco, pero asegura que es una etapa superada. Foto Martín Bonetto

-¿Nunca sintieron que se estaban invadiendo?

-Franco tiene un camino más construido, desde lo profesional. Yo empecé mucho después y voy tranqui, con mis tiempos. Y en algún momento, como mujer y al tener menos experencia, renegue un poco con migo misma de estar con el. Pensaba que tal vez fuera mejor que no participara tanto. Porque a las mujeres nos pasa mucho que nos cuesta todo un poco más, y enseguida empezamos a ser la novia de…

Ese miedo de no ser nombrada con mi nombre alguna vez fue una carga. Con toda la admiración que tengo por él, me quedaba con las ganas de invitarlo a tocar. Hasta que me dije que no lo iba a hacer más, y que fuera lo que tenía que ser. Tiene que ver con una construcción desde lo personal y desde lo profesional. Son cosas que pasan. Y, finalmente, se trata de hacer respetar mi nombre.

E.S.

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