Despres, quien este miércoles escaló del décimo al sexto puesto de la general, comparte equipo con los campeones Stephane Peterhansel, Carlos Sainz y Sebastien Loeb.

"Mañana puede ser mejor, pero también puede ser peor, porque el Dakar es así. Hay que ser muy humildes porque no se sabe qué puede pasar al día siguiente”, enfatizó desde la imponente estructura que su equipo levanta en cada vivac, aún con la camiseta de mangas largas que usa bajo el buzo antiflama.

En ese sentido recordó su abandono el año pasado en Fiambalá y lamentó lo sucedido hoy con su compañero Carlos Sainz, ex líder de la competencia, quien a pocos kilómetros del final de la etapa se topó con una piedra, golpe que dañó la caja y pulverizó las chances del español de repetir el campeonato de 2010.

“Es lo que digo. En esta competencia se puede estar un día arriba y otro abajo. Siento mucho lo de Carlos, pero son cosas que pasan cuando alguien va así de rápido como él. No sé, tal vez en unos años me pase lo mismo”, reflexionó.

Este francés nacido hace 41 años en Fontainebleau, mecánico devenido cinco veces campeón de motos del Dakar, hoy se enorgullece de ser hombre de Peugeot y de saberse el más elogiado por el director del equipo, Bruno Famin, quien destacó su figura por sobre los hombres fuertes de la marca.

“Soy afortunado de estar en un equipo como Peugeot al lado de grandes campeones como Stephane, Carlos y Seb. Y tengo la grata fortuna de poder contar con este auto por segundo año consecutivo y seguir sumando experiencia”, puntualizó.