FESTIVAL DE COSQUIN 2016
La tradición Los Tekis y los contrastes de la música jujeña
La quinta luna del festival reflejó las distintas miradas sobre una misma región. Primero a algunos referentes como Tomás Lipán y Fortunato Ramos, luego la fiesta de Los Tekis. Crónica y fotos.
Antes que nada, la quinta luna de este Cosquín 2016 arrojó una contundente conclusión sobre lo distintas que pueden ser las miradas sobre una misma música regional. En la noche del miércoles, los ritmos andinos fueron los protagonistas con la presencia de algunos de los principales artistas jujeños, tanto como los que representan a la tradición como a los que han aggiornado la música de esa provincia para llevarla hasta mucho más allá de los márgenes.
Lo de Los Tekis es lo que ya todos conocemos: apelar al alto impacto, a sus versiones de ese disco tan difícil de digerir como es Rock and Tekis (Arde la ciudad, Tu sin mí, Siguiendo la luna, entre otros tantos) y a los clásicos que a la plaza le gusta cantar (El Humahuaqueño, Viva Jujuy, Vienes y te vas). Aunque hay que decirlo: a pesar de ese imán que la banda jujeña logró establecer con ciertas nuevas generaciones, en este caso la convocatoria estuvo bastante lejos de lo esperado, ya que la plaza apenas llegó a un 60 por ciento de ocupación. Es probable también que las actuaciones que tienen programadas para los lunes de la temporada en el Luxor de Carlos Paz hayan mellado un poco la concurrencia.
En donde si mostraron cierta ruptura fue en la conferencia de prensa, que fue intencionalmente interrumpida por una diablos carnavaleros y donde convidaron a los presentes con unos tragos de vacuna, una de las bebidas típicas más dulces de la región. Eso sí que es saber como promocionar el carnaval, aunque ahora lo celebren en Buenos Aires.
"Buenas Noches Cosquín", dijeron recién llegando a las tres de la mañana y cuando ya habían pasado casi 40 minutos de show. Acto seguido, dieron paso a un grupo amigo, Así nomás (aunque cueste creerlo, ese es el nombre) que arremetió con una estruendosa lectura de Zampa para olvidar. Sí, una vez más, la canción más interpretada del Cosquín pasado dice presente en la actual edición. Lo repetimos: es una zamba hermosa, pero hay tantas otras...
Un buen ejemplo es Me gusta Jujuy cuando llueve, que en la voz profunda de Tomás Lipán resonó en una Próspera Molina que contemplaba atenta el espectáculo que el cantor nacido en Purmamarca presentó junto a Los Quebradeños en su regreso al Atahualpa Yupanqui después de muchos años. Luego subió Fortunato Ramos y su erke que se paseó imponente por todo el escenario sin necesidad de ninguna luz fluo que lo adornara. En ese instante fue imposible no recordar a Ricardo Vilca, su histórico compañero que ya merece un tributo acorde en Cosquín. Para el final del bloque quedó la voz de Milena Salamanca, con sus coplas y un cierre a puro carnavalito.
En resumen, un interesante bloque con bailecitos, cuecas norteñas y otros ritmos para mostrarle a las nuevas generaciones presentes en la plaza, las raíces de esa música que luego abordarían sus ídolos Tekis, claramente de otra manera.
Así arrancó
En el comienzo había mucha inquietud por ver al Ballet La Patria, ganador del PreCosquín y proveniente de la sede de Azul, provincia de Buenos Aires, ya que esta era la primera vez en la historia del festival que un ballet ganador del certamen tenía la responsabilidad de escenificar el Himno a Cosquín en la apertura. Con una puesta sencilla y contundente, que incluyó la presencia de un referente de la danza como Juan Saavedra de invitado, estuvo a la altura de las circunstancias. Promediando la noche tuvieron otra presentación en la que mostraron uno de los cuadros con lo que resultaron ganadores del concurso.
Homenajes y méritos
Más tarde llegó el sentido homenaje a Ariel Ramírez a cargo de la voz de Ángela Irene y el pianista Juan Carlos Cambas y la pampeana Leticia Pérez, quien volvió con un atractivo repertorio de tangos tras ganar el PreCosquín 2015. Lo que sigue siendo difícil de explicar es la presencia de ciertos artistas que realmente no han hecho demasiados méritos para llegar al escenario, como es el caso de la cantanta Sonia Vega. Sí tiene más de mérito lo de Brisas del Norte, por su trabajo sostenido en las peñas cordobesas y una evolución musical que se nota, aunque a pesar de la colorida presencia de los caporales todavía les falte un poco de recorrido para representar fielmente ese sentimiento de la música norteña.
Antes del festivo cierre de Los Tekis hubo tiempo para escuchar a Raúl Lavié, quien preparó un recorrido especial para Cosquín por distintas páginas gloriosas de nuestro cancionero. La tonada No se que diablos me pasa, las zambas clásicas como Jazmín de luna, Mujer niña y amiga o Volveré siempre a San Juan. También interpretó Añoranzas, el himno de Villa Mercedes Calle Angosta y cerró con dos tangos, Balada para un loco y Argentina porqué te quiero tanto, redondeando un buen paso por el festival. (FUENTE:La Voz del Interior:Por Andrés Fundunklian/Fotos:Javier Cortez)
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